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EEUU blinda sus fronteras; Honduras recibe a sus niños y sirve de puente a cubanos

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Tegucigalpa – Honduras enfrenta peculiares flujos migratorios. A este país, cubanos llegan a diario a sus costas y fronteras terrestres por decenas. Lo mismo ocurre con ghaneses, hindúes, ecuatorianos, peruanos y ciudadanos de otras regiones del planeta que transitan por tierras catrachas o buscan quedarse en ellas.
 

– Sólo este lunes fueron requeridos 78 cubanos en varios puntos fronterizos.

– EEUU amplia contantemente la protección de sus fronteras, la creación de muros y uso de tecnología para detener a los migrantes que implica costos por miles de millones de dólares.

En las últimas horas el Gobierno ha decretado Emergencia Migratoria por el flujo de niños hacia Norteamérica, informó a Proceso Digital un portavoz presidencial.

La medida fue adoptada en Consejo de Ministros y tienen como propósito hacer un llamado al mundo respecto a la crisis migratoria que ha permitido el incremento del éxodo de menores rumbo al norte del continente, así como agilizar los procesos para recibir con decoro a los miles de deportados, especialmente niños y jóvenes que son enviados desde los Estados Unidos y México.

Lo cierto es que la migración no es un delito como lo dijo a Proceso Digital el padre Ovidio Rodríguez luego de condenar la forma en que los niños migrantes centroamericanos son tratados al ser detenidos en México o en Estados Unidos.

EEUU: Creciente blindaje de fronteras

Tanto el arribo de extranjeros a tierras hondureñas como la salida de catrachos tienen en común un solo destino: Los Estados Unidos, un país que como respuesta incrementa constantemente su presupuesto para blindar sus fronteras.

Los muros, los drones, las patrullas fronterizas y el despliegue de miles de agentes es parte de un entorno hostil y lejano al respeto humanitario que la gran nación del norte predica y exige extra fronteras, denuncian constantemente los protagonistas.
En ese sentido, este martes, el gobierno de Barack Obama pidió al Congreso 3 mil 700 millones de dólares más para hacer frente a la crisis humanitaria generada por la llegada masiva de niños centroamericanos a la frontera sur de EEUU, informó la Casa Blanca.

La solicitud dirigida a los líderes del Congreso, indica que los fondos estarán destinados a ampliar los recursos en los centros donde se detiene a los menores, para enviar más jueces de inmigración a la frontera y aumentar los esfuerzos de seguridad en México y Centroamérica.

Los fondos incluyen 1 mil 533 millones de dólares para el Departamento de Seguridad Nacional, 1 mil 800 millones para el de Salud y Servicios Humanos, 300 millones para el Departamento de Estado y 64 millones para el de Justicia.

Los primeros 1 mil 533 millones incluyen 1 mil 100 millones para la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE), y estarán dedicados a acelerar la deportación de los adultos que en algunos casos acompañan a los niños inmigrantes, generar «alternativas a la detención» de los menores y aumentar la presencia de agentes de control fronterizo en Guatemala, El Salvador y Honduras.

Los 433 millones de dólares restantes irán a la Agencia de Protección de Fronteras y Aduanas (CBP), entre ellos más de 39 millones dedicados a aumentar la capacidad de vigilancia aérea en la frontera para interceptar a los «coyotes» que trafican con niños.

En cuanto a los 1 mil 800 millones de dólares para el Departamento de Salud, que es el encargado de mantener a los menores en centros de detención, irán destinados a aumentar los recursos y las instalaciones para acoger a los niños.

Los fondos para el Departamento de Estado incluyen 5 millones para las campañas de publicidad contra la emigración a EEUU en Honduras, El Salvador y Guatemala, y 295 millones para «reintegrar» a los emigrantes deportados en Centroamérica, incluidos fondos para ayudar a esos países a proteger mejor sus fronteras.

Por último, el Departamento de Justicia recibiría 64 millones para contratar a unos 40 equipos más de jueces de inmigración y aumentar los servicios de representación legal para los niños, entre otras tareas.

La solicitud fue enviada en forma de propuesta de legislación de gasto suplementario de emergencia para el año fiscal 2014, y la Casa Blanca confía en obtener un apoyo «bipartidista» para su aprobación, según señaló otro funcionario estadounidense a los periodistas.

La inequidad, el abandono y la presencia del crimen organizado, fenómenos que provocan mayoritariamente la migración, son elementos vistos de reojo por las potencias que dicen ser “afectadas” por el desplazamiento humano.

Las aduanas del occidente del país son testigos mudos del masivo éxodo de hondureños, muchos de ellos menores de edad, que emprenden la ruta migratoria en busca del denominado “Sueño Americano”.

Pero el flujo de nacionales contrasta con el tránsito de ciudadanos cubanos que utilizan a Honduras como una estación migratoria más en la búsqueda de llegar a reunirse con sus familiares en la gran potencia del norte, específicamente arribar a Miami, Estados Unidos, donde se instala “La Pequeña Habana”.

Las aduanas de Agua Caliente y Corinto, Pavana y Puerto Cortés, son puntos por los que acostumbran pasar los cubanos cuando cruzan el territorio hondureño. Éstos salen desde Ecuador, en grupo, mientras otra parte lo hace desde la isla caribeña por medio de balsas o lanchas.

También es notoria la cantidad de buses que retornan a Honduras con deportados nacionales desde Guatemala y México. Otro grupo importante llega por la vía aérea, pero procedentes de la Unión Americana, así la cantidad de devueltos sobrepasa las cifras de otros años.

Este patrón de deportaciones se mantendrá por los próximos meses han asegurado fuentes de la Patrulla Fronteriza ya que se contabilizan más de 14 mil niños hondureños recluidos en albergues de Estados Unidos, apenas un pequeño grupo acompañados de sus padres, segmento que está llegando más rápido a este país centroamericano.

Razones humanitarias y políticas para los cubanos


En el caso de los cubanos que pasan por Honduras, la Dirección de Migración y Extranjería contabiliza el tránsito de alrededor de 1 mil 500 sólo en lo que va de este 2014.

El jefe de Migraciones Internacionales, Amílcar Sánchez, en comunicación con Proceso Digital afirmó que los caribeños reciben atenciones que garantizan los derechos del migrante bajo la modalidad de un “trato humanitario” por las condiciones políticas que viven en su país.

Migración y Extranjería procede a elaborar un expediente a cada uno de los cubanos, les toman la declaración y todos se califican perseguidos por el Gobierno de los hermanos Castro (Raúl y Fidel).

El oficial de Migración explicó que muchos de los caribeños requeridos proceden a pedir “asilo político”, pero “en la mayoría de los casos no procede porque no llenan los requisitos de acuerdo a la Convención de Asilo. Lo que hacemos es que los atendemos por razones humanitarias, aunque algunos de ellos cumplen con las exigencias del Tratado de Refugiados Internacionales”.

Seguidamente los ciudadanos cubanos tienen entre 5 y 10 días para solicitar asilo político a las autoridades nacionales, aunque la mayoría lo que hace es continuar su travesía hacia Estados Unidos.

En el caso específico de los cubanos tienen dos opciones: que el Estado de Honduras les reconozca el estatus migratorio como refugiados o ya sea por razones humanitarias.

Contraste de flujos migratorios

A la consulta de los flujos migratorios de nacionales por un lado, así como de cubanos por otro, el jefe de Migraciones Internacionales afirmó que “son fenómenos totalmente distintos aunque el país de destino es el mismo”.

Detalló que el 99 por ciento de los cubanos pretenden reunirse con sus familiares en Miami, Estados Unidos. En tanto, los hondureños se ven obligados a abandonar su país por múltiples factores, la mayoría de estos por condiciones de pobreza e inseguridad.

“El éxodo de nuestros compatriotas obedece a desplazamientos forzados, condiciones de pobreza, inseguridad y también por motivos de reunificación familiar”, arguyó.

Finalmente mencionó que por Honduras se mueven frecuentemente ciudadanos de otras nacionalidades, entre los que enumeró: etíopes, somalíes, ghaneses y sudamericanos, a éstos últimos les basta, para permanecer el país por 90 días, con la presentación de un documento de viaje vigente como el pasaporte.

Así, en medio de ciudadanos del mundo que van y vienen por esta angosta franja del istmo centroamericano, transcurre la realidad de un pedazo de América donde la migración suele ser un escape para intentar alcanzar un sueño del que el despertar puede ser decepcionante.

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