Miami, (EEUU) – Hillary Clinton, por el lado demócrata y Donald Trump, por el republicano; vencieron en las doce decisivas primarias electorales del llamado “supermartes” y parecen encaminados a una lucha encarnizada por la Casa Blanca en noviembre.
La ex Secretaria de Estado venció hoy con facilidad a su único rival, el senador demócrata Bernie Sanders, de Vermont, en las primarias y “caucus” de los estados de Alabama, Arkansas, Georgia, Tennessee, Texas y Virginia.
El magnate neoyorquino arrasó a sus inmediatos rivales por la nominación presidencial republicana en los estados de Alabama, Arkansas, Georgia, Massachusetts, Tennessee, Vermont y Virginia.
Sanders, que se autoproclama como “socialista demócrata, ganó, como se esperaba, en su propio estado de Vermont y sorpresivamente, en Colorado, Minnesota y Oklahoma.
EL senador cubano-americano Ted Cruz ganó la primaria republicana de su propio estado de Texas y en Oklahoma.
El gran perdedor del “supermartes” ha sido el senador cubano-americano Marco Rubio, que solo ganó, en un resultado muy apretado, en el “caucus” del estado de Minnesota. Si no gana las primarias en su propio estado, Florida, el 15 de marzo, tendrá que pensar en retirarse de la contienda.
También se espera que se retiren pronto, en el lado republicano, John Kasich, gobernador de Ohio, y el neurocirujano Ben Carson, el único afroamericano que aspira a la presidencia del país en las elecciones del 2016.
Se estima que los pocos votos que han obtenido han perjudicado a Rubio, que parecía ser el candidato del “establishment” republicano, una vez que se ha retirado de la contienda electoral Jeb Bush, el ex gobernador de Florida.
La ex Primera Dama dijo en su discurso de celebración, desde Miami (Florida), dijo que Estados Unidos no tiene que ser grande, como lo afirma Trump, “porque nunca ha dejado de serlo” y que es importante seguir el legado del presidente Barak Obama.
Trump sigue acumulando victoria tras victoria, haciéndose eco, como un “outsider” de la política, del descontento de la clase trabajadora blanca de las zonas rurales con el gobierno federal de Washington y con los líderes tradicionales del partido Republicano.
En su discurso para celebrar sus victorias, desde Palm Beach (Florida), Trump dijo que Hillary Clinton “no sabe lo que habla y promete”. Y lamentó, de forma irónica, la mala noche que ha tenido Rubio, a quien criticó por la dureza que tuvo con él en su último debate la semana pasada, calificando de “groserías” sus comentarios.
Trump volvió a repetir que va a construir un muro en la frontera de más tres mil kilómetros con México, “y que la van a pagar los mexicanos”.
Preguntado por un periodista como va a obligar al gobierno mexicano a que pague el muro, contestó que puede asegurar, “en un cien por cien, que la van a pagar” y qué en sentido contrario, insinuó esa negativa podría afectar la balanza comercial actual que es favorable a México.
Las victorias de Trump en el “supermartes” ha venido a demostrar que no solo gana en las zonas rurales conservadoras de cristianos evangélicos de los estados del sur, pero que también lo puede lograr en estado liberales y de mayores ingresos del noreste, como Massachusetts.
Doce primarias y “caucus” (asambleas ciudadanas) tuvieron lugar en este “supermartes”, donde se repartirán 865 delegados de los 2,383 que se necesitan para nominar al candidato presidencial demócrata en la convención del 25-28 de julio en Filadelfia.
Por parte republicana, estuvieron en juego 595 delegados de los 1,237 necesarios para elegir al candidato del partido en la convención de Cleveland (Ohio), a celebrarse el 18-21 de julio, en Cleveland (Ohio).
Tanto Clinton y Trump aparecen ya como imparables en su lucha por la nominación presidencial de sus respectivos partidos, a pesar que el empresario millonario tiene dividido al “establishment” republicano que no lo ve como elegible y cuyos intentos de frenarlo han sido inútiles hasta el momento.