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Edmundo Orellana: “Reprimir la libertad de expresión es un atentado contra la democracia”

Tegucigalpa— El exministro de Transparencia, Edmundo Orellana, se pronunció en defensa de la libertad de expresión, en un mensaje publicado en su cuenta de X, en medio del creciente clima de hostigamiento contra periodistas en Honduras.

“Disentir es un derecho fundamental sobre el que se asienta la democracia; de ahí, que su salud institucional se mida por el respeto a la libertad de expresión. Reprimirla es un atentado contra derechos fundamentales y contra la democracia”, escribió el exfuncionario.

El mensaje ha sido calificado como oportuno y contundente, en un momento en el que varios comunicadores enfrentan campañas de estigmatización e intimidación, algunas de ellas provenientes incluso desde medios oficiales vinculados a las Fuerzas Armadas.

El episodio más reciente de esta campaña ocurrió la madrugada del pasado 31 de julio, cuando aparecieron pancartas en distintos puntos de Tegucigalpa con los rostros y nombres de nueve periodistas hondureños, bajo el encabezado: “Sicarios de la verdad, campañas de desinformación masiva, no quieren que se realicen elecciones”.

La Red Centroamericana de Periodistas expresó su enérgico repudio ante este acto, calificándolo como una amenaza directa a la labor periodística y un intento de silenciar voces críticas. Las mantas, que incluían fotografías y señalamientos sin pruebas, fueron vistas por organizaciones de derechos humanos como una incitación a la violencia y un riesgo para la integridad de los comunicadores.

Entre los señalados en las pancartas se encuentran reconocidas figuras del periodismo nacional, tres de ellas mujeres. Varios de ellos han denunciado que, tras la aparición de estos mensajes, han recibido amenazas y temen por su seguridad.

Organizaciones nacionales e internacionales han exigido al gobierno hondureño investigar estos hechos, proteger a los periodistas y cesar toda campaña de estigmatización desde instancias oficiales.

Hasta el momento, el Poder Ejecutivo no ha emitido una declaración pública sobre el incidente ni ha condenado las amenazas. El silencio institucional ha sido interpretado por diversos sectores como una señal de tolerancia —o incluso complicidad— ante los ataques a la libertad de prensa.LB

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