Tegucigalpa – Los parlamentarios hondureños entraron a su primer receso de fin de año con varios pendientes, pero con una entusiasta dinámica política de reformas electorales y constitucionales, entre ellas la de un plebiscito para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, mientras la elección del Fiscal General se aproxima y en ella se sabrá si se trata de un fiscal a medida de la lucha contra la impunidad o hecho por un sastre a disposición de los corruptos y criminales.
-Tras sus vacaciones mundialistas los padres de la patria deberán definir temas fundamentales que pueden cambiar el rumbo del país.
Una comisión especial para los temas de reformas políticas electorales y otra para los temas de reformas constitucionales fueron creadas por la directiva del Congreso Nacional, en el marco del llamado diálogo político legislativo que instalaron en paralelo a las mesas técnicas exploratorias de diálogo que se realizan al calor de las Naciones Unidas en su sede en Tegucigalpa.
Los que se oponen a dialogar en la sede la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Tegucigalpa porque no pueden “avalar” al gobierno, impulsan en la otra mesa, la del Congreso Nacional, las reformas constitucionales que los lleven a una Constituyente para efectuar los cambios que estiman necesarios.
La idea del plebiscito para la Constituyente la lidera Libertad y Refundación (Libre), donde uno de sus dos jefes de bancada, Jorge Cálix, preside la Comisión para la Reforma de los Temas Constitucionales. En las mesas exploratorias de la ONU, los equipos técnicos son del criterio que el diálogo político del Congreso convergerá en algún momento con los temas que aborden las mesas exploratorias de cara a un diálogo bajo la mediación un facilitador internacional.
La propuesta de una Constituyente ya no suena incómoda al partido en el poder, el Nacional, como al Partido Liberal. Ambos dicen estar dispuestos a escuchar, quizá porque en el fondo intuyen que el sistema político de partidos está tocando fondo y necesitan en el reflote de los cambios y reformas, salir con vida y dinamizados.
Dentro de la llamada Comisión Especial de Reformas Electorales que preside el jefe de la bancada liberal, Elvin Santos, el tema de una nueva ley electoral, de un censo nacional electoral y de una nueva tarjeta de identidad se han instalado también en paralelo al de la propuesta de un plebiscito para una Constituyente.
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Constituyente, ¿cerrada o inclusiva?
Pero estas acciones se siguen enmarcando en la esfera de lo político partidario, de los intereses en el Parlamento y no dentro de una dinámica de un debate nacional sobre un nuevo modelo de gestión electoral; no existen voces, fuera de los actores políticos empujando el tema de las reformas.
No es casual que en la última reflexión pastoral de la Conferencia Episcopal los obispos insistan a la clase política sobre la necesidad de dialogar, al indicar que este factor es trascendental para la democracia de un país donde se percibe “ausente y en el mejor de los casos (el diálogo está) poco desarrollado, aun cuando el mismo es absolutamente necesario a la hora de aprender a convivir y establecer relaciones positivas frente a la incapacidad de la clase política para dialogar entre sí”.
En este sentido, según el comunicado de los Obispos de la Iglesia Católica de Honduras, “se vuelve urgente impulsar otros espacios donde el principal actor sea la sociedad, basada en el derecho del pueblo a ser escuchado y a participar en los asuntos fundamentales para la vida del País, a través de los instrumentos y mecanismos que nuestro ordenamiento jurídico y la democracia nos permiten: el plebiscito, el referéndum y las consultas ciudadanas”.
Los Obispos advierten así que es preciso que el país se adentre a escenarios donde se vislumbren avances, más no retrocesos. La clase política, señalan, parece estar estática, creyendo que todo está resuelto y que la dinámica del diálogo es la de la imposición y no la de escuchar.
La rehabilitación de la política y también de la democracia, ha sido una propuesta de los Obispos en sus últimas cartas pastorales. De cara al proceso de reformas electorales, los expertos en la materia son del criterio que ante el colapso del sistema electoral es preciso avanzar hacia la creación de un órgano de justicia electoral independiente, capaz de responder a los escenarios políticos electorales en tiempos de elecciones.
Cientos de hondureños de diversas organizaciones educativas, gremiales, religiosas, padres de familia, realizaron un plantón en los bajos del Congreso Nacional, por la defensa de sus libertades, el Estado laico y la educación laica.
La oferta de Zelaya
Así mientras en el Parlamento también se promovía el tema de aprobar como obligatorio la lectura de la Biblia en las escuelas, cuestionando la laicidad del Estado hondureño, en forma simultánea la comisión responsable de los temas de reforma constitucional invitaba a la academia, en especial la maestría en derecho constitucional, para hablar del tema de la constituyente.
Lo mismo hicieron con la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), en representación de sociedad civil: consultar sobre la Constituyente, pero ésta les dijo no es el momento ni están aún dadas las condiciones; se debe dar más pensamiento y caminar hacia una estructuración del diálogo.
Hondureños marchan en defensa del Estado y la educación Laica
En los mismos términos les respondió la academia, que, si bien la Constituyente era una opción viable, habría que analizar los escenarios y debería ser enmarcado en un gran consenso producto del diálogo nacional.
Así poco a poco el tema de la Constituyente como una opción de salida se instala con más fuerza, por ejemplo, que la Ley de Colaboración Eficaz para combatir las grandes redes criminales. Los políticos parecen definir las prioridades y sus tiempos, el retorno de vacaciones, después del mundial de fútbol en Rusia, donde muchas ya hacen su periplo, determinará cómo avanza la iniciativa del plebiscito para constituyente.
La sombra de la Constituyente se ha situado y quien está sacando su mayor ventaja es el ex presidente Manuel Zelaya, que anda ya la propuesta del plebiscito e incluso la desconcertante idea de pedir el retorno de Juan Jiménez Mayor a la MACCIH, como oferta electoral, pese a que en el reciente pasado adversaron la Misión, dijeron que le desintegrarían de llegar a ganar las elecciones, además de saber que las posiciones de Jiménez Mayor con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) son distantes e irreconciliables.
