Tegucigalpa- Cada 17 de septiembre Honduras celebra el Día del Maestro, una fecha que invita a reflexionar sobre la trascendental labor que desempeñan los educadores en la formación de las nuevas generaciones.
Los maestros no solo deben transmitir conocimientos, sino que también cumplir el rol de mentores, guiando a sus estudiantes con valores, disciplina y visión de futuro.
Sin embargo, ejercer la docencia en Honduras continúa siendo un desafío. Muchos educadores denuncian que deben enfrentar condiciones adversas: desde bajos salarios e infraestructura deficiente, hasta la inseguridad que golpea a numerosas comunidades. Aún en tierra adentro existen escuelas unidocentes, donde un solo maestro atiende a estudiantes de varios grados, esforzándose por brindar educación de calidad con recursos limitados. También enfrentan dificultades en la normativa que tiene que ver con la situación laboral y de derechos de pensión y jubilación como las reformas a la Ley de Inprema, actualmente en debate en el Congreso Nacional.
El Día del Maestro también es una oportunidad para reconocer a aquellos docentes que, con entrega y pasión, inspiran a sus alumnos, convirtiéndose en referentes de esfuerzo y esperanza. Son ejemplos de que la vocación puede sobreponerse a las carencias y convertirse en motor de transformación social.
Maestros jubilados coinciden que, es necesario también hacer un llamado a la reflexión a quienes han perdido la vocación y ejercen su labor por mera obligación, ya que el magisterio requiere compromiso y dedicación genuina hacia la niñez y la juventud.
El reto no solo recae en los maestros: corresponde a las autoridades gubernamentales garantizar condiciones laborales dignas, salarios justos y un entorno seguro que les permita enfocarse en su misión formadora. Un país que no invierte en sus docentes compromete el futuro de sus ciudadanos, destacan especialistas en la temática educativa.
En este Día del Maestro, más que un festejo, se alza una exigencia: valorar la docencia como la base de una sociedad más justa, crítica y solidaria, peto también para los educadores a capacitarse cada día para responder a las exigencias modernas y sobre todo recuperar la reputación de los maestros de antaño que eran maestros y guías modelo para sus estudiantes. LB