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Desde hace ocho años, Cortés se desmarca del bipartidismo

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Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Uno de los departamentos más codiciados en los comicios generales de noviembre próximo, será el departamento de Cortés, una histórica región que dio enormes triunfos al otrora histórico bipartidismo, en especial al partido Liberal, pero en los últimos procesos ha dejado atrás esos arraigos y pinta un electorado más independiente, que puede generar sorpresas en los comicios generales de noviembre.

Cortés es uno de los departamentos con mayor carga electoral, con más de un millón de electores. Cortés es junto a Francisco Morazán, los departamentos que incide y deciden una elección, pues ambos tienen en conjunto una carga electoral de un poco más de 2.1 millones de electores, según los registros oficiales.

Ubicado en la franja del corredor económico que comprende el frondoso valle de Sula, Cortés ha sido históricamente—hasta el 2009—una zona de tradición liberal, vinculada al movimiento obrero, los sindicatos bananeros y la cuna desde donde surgían las más importantes reivindicaciones sociales. La reforma agraria y el movimiento cooperativo agrícola también tuvieron acento en esa región y las grandes conquistas sociales fueron incubadas a estos movimientos sociales, muchos de los cuales llevaron al poder al Partido Liberal.

El Partido Liberal pasó de ser la primera a la tercera fuerza política en Cortés, a partir de la crisis electoral de 2009.

No obstante, esa tradición liberal del departamento de Cortés cambió a partir del golpe de estado de 2009, el partido Liberal empezó su declive y de ser la primera fuerza política del país se ubicó en tercera fuerza.

Las últimas hazañas

La última gran victoria del liberalismo fue en el 2005, pero ya para el 2009, ese puesto en Cortés lo asume el partido Nacional, en el poder. En el partido Liberal, de los 62 diputados que obtuvo en los comicios de 2005, pasó a 46 en el 2009, mientras el Partido Nacional—el más ganancioso con la crisis política—pasó de los 55 diputados en el 2005 a 71 parlamentarios, logrando así el control de la Cámara Legislativa, hasta ahora.

Cortés fue uno de los departamentos que cambió ese rostro del bipartidismo histórico y que, en el 2013, daría la sorpresa, al dar la espalda al bipartidismo y dar parlamentarios a Libertad y Refundación (Libre) y al Partido Anticorrupción (PAC) de Salvador Nasralla. A partir del 2013, el electorado de Cortés se empezó a desmarcar del bipartidismo conformado por liberales y nacionalistas.

Ya el departamento de Cortés se empieza a desmarcar de la etiqueta bipartidista y el Partido Nacional comienza a concentrar sus fuerzas en Tegucigalpa, la capital hondureña, y principal centro de carga electoral en el departamento de Francisco Morazán, el otro gran elector.

En las elecciones generales de 2017, el partido Libre se consolidó como la segunda fuerza política a nivel de diputados en Cortés, fuente y gráfico del desaparecido TSE.

Para las elecciones de 2017, el departamento de Cortés siguió ratificando su desmarque del bipartidismo, al dar diputados integrantes de la llamada Alianza de Oposición que encabezó Salvador Nasralla, y otra vez otorgó también legisladores a Libre.

De cara a los comicios generales de noviembre próximo, el departamento de Cortés será una de las zonas en donde las fuerzas políticas se disputarán la lucha por el voto a nivel presidencial y a nivel de parlamentarios, las dos joyas de la corona en disputa en el actual proceso, donde nuevamente otra fuerza política, el partido Salvador de Honduras, entra al ruedo a disputar la simpatía del electorado.

Con un total de 14 partidos políticos, legalmente inscritos, el proceso electoral de noviembre cuenta con el retorno al ruedo político, en tercera ocasión, de Salvador Nasralla, luego que perdió el control del PAC.

El candidato Salvador Nasralla ha consolidado su fuerza política en Cortés, y en esta tercera ocasión, va en alianza con el Pinu-SD.

Nasralla, en alianza presidencial con el partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU/SD), van junto a la llamada alianza de Unidad Nacional Opositora de Honduras (UNOH), tras la presidencia del país. Nasralla encabeza esa alianza como líder del Partido Salvador de Honduras, y éste último ha presentado en sus planillas a diputados a personajes con escasa o nula trayectoria política, pero con liderazgos sociales y gremiales.

Aparte de la presidencia, las fuerzas de oposición se han centrado en querer dar un equilibrio en el Congreso Nacional, donde se toman las decisiones claves para el país y la democracia, pero el llamado tripartidismo político que comparte el poder en el legislativo y otras instituciones claves, también han tejido sus redes para no ceder tan fácilmente ese poder. Ese tripartidismo son los partidos Nacional, Liberal y Libre.

El cambio de “arcos”

En su libro, Honduras: persistencia y cambios en la cultura política 1980-2020, la socióloga, investigadora y ex rectora universitaria, Julieta Castellanos, aborda cómo ha ido cambiando en los últimos años el comportamiento del electorado, el fenómeno de las nuevas fuerzas política y el desencanto con la democracia por regiones en Honduras. Su libro es una radiografía a fondo del país que existe en materia de cultura política, y justo, en sus páginas, el departamento de Cortés es uno de los fenómenos analizados.

El actual Congreso Nacional está dominado por diputados del tripartidismo: Partido Nacional, Partido Liberal y Partido Libre.

En el caso de la Cámara Legislativa, Castellanos señala que las elecciones del 2013 hicieron del parlamento, “un arco” de cuatro colores, y si bien el Partido Nacional obtuvo el primer lugar en número de diputados, perdió 23 escaños y el Partido Liberal perdió 19. En síntesis, dice Castellanos, los partidos históricos y los partidos emergentes perdieron, en conjunto, 50 diputados, dando así 37 diputaciones a Libre y 13 al PAC.

Pero en el 2017, ese arco de cuatro colores pasó a uno de tres al surgir la nueva fuerza del tripartidismo: Libre, Liberal y Nacional, que buscan mantenerse y repetir su odisea en el parlamento.

Sin embargo, el departamento de Cortés, según los analistas de la política nacional, podría ser nuevamente un elector incómodo, todo dependerá del entusiasmo que conciten las fuerzas políticas, el escenario de la nueva conformación a nivel parlamentario o presidencial, según los analistas.

La exrectora de la UNAH, Julieta Castellanos.

Independientemente de cómo logran atraer al votante las fuerzas políticas en disputa, ambas deben tener a mano un dato que arroja la investigación hecha por Julieta Castellanos: en las regiones norte, centro-oriente y sur del país, los porcentajes de insatisfacción ciudadana con la democracia superan el 80%, y en la zona de occidente alcanza el 71.9%, lo que significa que 80 y 70 de cada 100 hondureños están insatisfechos con la democracia.

La investigación fue auspiciada por el Instituto Nacional Demócrata (NDI, por sus siglas en inglés) y el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), de la UNAH. Es el más reciente estudio de política y cultura democrática en Honduras. (PD)

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