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Deportan a nicaragüense cuyos hijos iniciaron una huelga de hambre en Miami

Miam – La nicaragüense Maricela Soza, cuyos hijos, menores de edad y estadounidenses, realizaban una huelga de hambre para que no fuera enviada a Nicaragua, fue deportada hoy luego de que un tribunal de Apelaciones de Inmigración de Miami denegara la reapertura de su caso.
 

«Ya la deportaron a Nicaragua, la enviaron a través de una aerolínea privada. La Junta de Apelaciones se lo comunicó a (al abogado de Soza) Alfonso Oviedo-Reyes», dijo a Efe Nora Sandigo, directora ejecutiva de la Fraternidad Americana, una organización pro inmigrantes.

Oviedo-Reyes había solicitado reabrir el caso con el argumento de que Soza podía beneficiarse de la Ley de Ajuste para Nicaragüenses y Alivio para Centroamérica (Nacara).

Nicole Navas, portavoz del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Miami, confirmó que Soza, «quien estaba en Estados Unidos de manera ilegal, fue deportada hoy, temprano».

Los hijos de Soza, Cecia, de doce años, y Ronald, de nueve años, nacidos en EE.UU. cumplían hoy el tercer día de una huelga de hambre, durante la cual solo ingirieron agua o suero, en la sede de la Fraternidad Americana en Miami.

«Me siento normal, no tengo mucha hambre. Estoy más esperanzada porque sé que estamos haciendo algo para ayudar a mi mamá», dijo a Efe la menor horas antes de que su madre fuera deportada.

El ICE mantenía bajo custodia a Soza, de 32 años, en el Centro de Transición de Pompano Beach, al norte de Miami, desde diciembre pasado cuando fue detenida cerca de su casa por pesar sobre ella una orden de deportación final.

La nicaragüense, que llegó a este país en 1997 cruzando la frontera entre México y EE.UU., logró hablar con sus hijos por teléfono poco antes de la medianoche del martes.

«Me sentí muy triste. Nos dijo que no nos preocupáramos que todo iba a salir bien, que cuidara a mi hermanito y que me quería mucho», contó a Efe Cecia.

La portavoz del ICE informó el martes de que la mujer tuvo su debido proceso antes jueces de Inmigración y no cumplió con una orden final para que saliera de EE.UU.

Navas precisó a Efe en un mensaje electrónico que Soza fue acusada de entrar ilegalmente al país y fue puesta en proceso de deportación el 23 de julio del 2004.

La nicaragüense tuvo la oportunidad de presentar su caso ante un juez de Inmigración y éste ordenó su deportación al descartar que fuera candidata para un alivio migratorio, según Navas.

Soza recurrió la decisión del juez ante la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) que desestimó el caso el 21 de julio del 2006.

Por su parte, el cónsul general de Nicaragua en Miami, Luis Alberto Martínez, declaró a Efe que el ICE no había solicitado de nuevo el pasaporte de Soza, documento que es necesario para proceder a su deportación.

El diplomático nicaragüense, quien desaprueba el ayuno de los menores, explicó que funcionarios del ICE solicitaron el pasaporte a inicios de enero.

«No iniciamos los trámites porque esa agencia no nos suministró un documento que pedimos. Ellos nunca lo enviaron y no hemos recibido ninguna otra solicitud», detalló.

Antes de conocerse la noticia de la deportación de Soza, Sandigo había dicho que iba a convencer a los hijos de la nicaragüense que suspendieran su ayuno.

«Hemos hablando con ellos para que desistan de esta medida y que esperen la voluntad de Dios. No vamos a dejar su salud se deteriore», afirmó la activista de origen nicaragüense.

Al ayuno se sumaron Fausto Soza, tío de los menores, y el nicaragüense cuadrapléjico Manuel Rivera, quien en 1995 cumplió una huelga de hambre durante 16 días para que se aprobara la ley Nacara.

Cecia y su hermano, nacidos en Estados Unidos, son los más recientes protagonistas de la tragedia que viven los hispanos indocumentados cuando al no poder obtener un estatus migratorio legal en el país son deportados y deben dejar atrás a sus familias.

Sandigo comentó que como ellos hay miles de niños estadounidenses con padres indocumentados que claman la suspensión de las redadas y de las deportaciones mientras el Gobierno del presidente Barack Obama emprende una reforma migratoria.

«Por eso hemos presentado una demanda a nombre de unos 600 niños estadounidenses ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos y de ser aceptada queremos que se clasifique como una demanda colectiva para que se sumen entre cuatro a cinco millones de menores», detalló.

Mas temprano informabamos

Hijos de nicaragüense inician tercer día de ayuno para evitar su deportación

Miami – Los hermanos Soza, de padres nicaragüenses, iniciaron hoy su tercer día de huelga de hambre para frenar la deportación de su madre indocumentada, a quien las autoridades de Inmigración de EE.UU. pueden subir a un avión en cualquier momento.

Cecia, de doce años, y Ronald, de nueve años, sólo permiten que se les suministren líquidos, como suero y agua, mientras permanecen sentados o acostados en una pequeña colchoneta en la sede de la Fraternidad Americana, una organización pro inmigrantes de Miami.

«Me siento normal, no tengo mucha hambre. Estoy más esperanzada porque sé que estamos haciendo algo para ayudar a mi mamá», dijo a Efe la menor.

Un tribunal de apelaciones denegó hoy la reapertura del caso de Maricela Soza, lo que coloca a la madre de Cecia y Ronald a un paso de la deportación.

«La noticia es devastadora. El abogado (de Soza) Alfonso Oviedo-Reyes se comunicó con la corte y allí le informaron que desestimaron el caso. En este momento no sabemos dónde está ella», dijo a Efe Nora Sandigo, directora ejecutiva de la Fraternidad Americana.

Oviedo-Reyes había solicitado reabrir el caso de la nicaragüense argumentando que podía beneficiarse de la Ley de Ajuste para Nicaragüenses y Alivio para Centroamérica (Nacara).

El Servicio de Inmigración y de Aduanas (ICE) mantenía bajo custodia a Soza en el Centro de Transición de Pompano Beach, al norte de Miami, desde diciembre pasado cuando fue detenida cerca de su casa por pesar sobre ella una orden de deportación final.

La nicaragüense, que llegó a este país en 1997 cruzando la frontera entre México y EE.UU., logró hablar con sus hijos por teléfono poco antes de la medianoche del martes.

«Me sentí muy triste. Nos dijo que no nos preocupáramos que todo iba a salir bien, que cuidara a mi hermanito y que me quería mucho», contó a Efe Cecia.

La portavoz del ICE en Miami, Nicole Navas, informó el martes de que la mujer tuvo su debido proceso antes jueces de Inmigración y no cumplió una orden final para que saliera de EE.UU.

Navas precisó a Efe en un mensaje electrónico que Soza fue acusada de entrar ilegalmente al país y fue puesta en proceso de deportación el 23 de julio del 2004.

La nicaragüense, de 32 años, tuvo la oportunidad de presentar su caso ante un juez de Inmigración y éste ordenó su deportación al hallarla no elegible para un alivio migratorio, según Navas.

Tras el último revés de Soza, Sandigo intentará convencer a los hijos de la nicaragüense de suspender su ayuno, para evitar que su salud se deteriore.

Al ayuno se sumaron Fausto Soza, tío de los menores, y el nicaragüense cuadrapléjico Manuel Rivera, quien en 1995 hizo una huelga de hambre durante 16 días para que se aprobara la ley Nacara.

Cecia y su hermano, nacidos en Estados Unidos, son los más recientes protagonistas de la tragedia que viven los hispanos indocumentados cuando al no poder obtener un estatus migratorio legal en el país son deportados y deben dejar atrás a sus familias.

Sandigo comentó que como ellos hay miles de niños estadounidenses con padres indocumentados que claman la suspensión de las redadas y de las deportaciones mientras el Gobierno del presidente Barack Obama emprende una reforma migratoria.

«Por eso hemos presentado una demanda a nombre de unos 600 niños estadounidenses ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos y de ser aceptada queremos que se clasifique como una demanda colectiva para que se sumen entre cuatro a cinco millones de menores», detalló.

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