Miami (EE.UU.) – Los demócratas pueden recuperar la gobernación del estado de Florida en las próximas elecciones estatales, tras dieciséis años en manos republicanas, según un sondeo divulgado hoy por la Universidad de Quinnipiac.
Según ese estudio, el 52 % de los votantes del estado cree que el republicano Rick Scott no merece ser reelegido como gobernador en las elecciones que está previsto que se celebren en noviembre de 2014 y el 47 % apoya a quien más papeletas tiene de ser su rival demócrata.
La elección de un gobernador demócrata, de realizarse, pondría fin a dieciséis años de dominio republicano, desde que Jeb Bush (hermano del expresidente estadounidense George W. Bush) se hizo con la gobernación en las elecciones de 1998 y tomó posesión en 1999.
El sondeo, para el que se entrevistó a 1.261 votantes, arrojó que el 52 % de ellos es contrario a que Scott, de 57 años, repita como gobernador, un puesto al que accedió en 2010 para sustituir al entonces también republicano Charlie Crist.
Crist, quien ha cambiado de inclinación política y se acaba de registrar como demócrata, cuenta ahora con el apoyo del 47 % de los votantes en el hipotético caso de que se presentara a las elecciones, incluido el 65 % de los demócratas, el 48 % de los independientes y el 28 % de los republicanos.
En las anteriores elecciones, Scott ganó a la demócrata Alex Sink con una diferencia de un punto porcentual. Esa mujer cuenta ahora con un apoyo del 27 % de los votantes y la oposición del 14 %, aunque la mayoría de los encuestados dice no tener una opinión formada de ella.
Otro dato relevante del sondeo es que Scott podría también perder las elecciones primarias en el seno del propio partido, ya que, según el estudio, un 53 % de los votantes republicanos son partidarios de que se presente otro candidato.
Los índices de aceptación de Scott entre los votantes son simplemente «horribles», señaló Peter Brown, subdirector del Instituto de Encuestas de la Universidad Quinnipiac, al presentar estos datos.
Precisó que, cuando los votantes de su propio partido quieren que otro candidato se enfrente en las primarias al actual gobernador, es «difícil ver otra cosa que no sea un rechazo rotundo».
Respaldado en las elecciones de 2010 por el movimiento conservador Tea Party, Scott invirtió más de 70 millones de dólares de su bolsillo en la campaña electoral y logró, finalmente, pasar de ser un empresario de renombre pero sin experiencia política a asumir el puesto de gobernador del cuarto estado más poblado de Estados Unidos.
El estudio, que tiene un margen de error de 2,8 puntos porcentuales y se realizó entre el 11 y el 17 de diciembre, muestra también que la aprobación general de su desempeño como gobernador ha caído al 36 %, cuando en agosto pasado era del 41 %.
El último gobernador demócrata de Florida fue Buddy MacKay, quien sustituyó por unos meses en 1998 al también demócrata Lawton Chiles, quien murió ese año de un ataque al corazón.
La elección de un gobernador demócrata, de realizarse, pondría fin a dieciséis años de dominio republicano, desde que Jeb Bush (hermano del expresidente estadounidense George W. Bush) se hizo con la gobernación en las elecciones de 1998 y tomó posesión en 1999.
El sondeo, para el que se entrevistó a 1.261 votantes, arrojó que el 52 % de ellos es contrario a que Scott, de 57 años, repita como gobernador, un puesto al que accedió en 2010 para sustituir al entonces también republicano Charlie Crist.
Crist, quien ha cambiado de inclinación política y se acaba de registrar como demócrata, cuenta ahora con el apoyo del 47 % de los votantes en el hipotético caso de que se presentara a las elecciones, incluido el 65 % de los demócratas, el 48 % de los independientes y el 28 % de los republicanos.
En las anteriores elecciones, Scott ganó a la demócrata Alex Sink con una diferencia de un punto porcentual. Esa mujer cuenta ahora con un apoyo del 27 % de los votantes y la oposición del 14 %, aunque la mayoría de los encuestados dice no tener una opinión formada de ella.
Otro dato relevante del sondeo es que Scott podría también perder las elecciones primarias en el seno del propio partido, ya que, según el estudio, un 53 % de los votantes republicanos son partidarios de que se presente otro candidato.
Los índices de aceptación de Scott entre los votantes son simplemente «horribles», señaló Peter Brown, subdirector del Instituto de Encuestas de la Universidad Quinnipiac, al presentar estos datos.
Precisó que, cuando los votantes de su propio partido quieren que otro candidato se enfrente en las primarias al actual gobernador, es «difícil ver otra cosa que no sea un rechazo rotundo».
Respaldado en las elecciones de 2010 por el movimiento conservador Tea Party, Scott invirtió más de 70 millones de dólares de su bolsillo en la campaña electoral y logró, finalmente, pasar de ser un empresario de renombre pero sin experiencia política a asumir el puesto de gobernador del cuarto estado más poblado de Estados Unidos.
El estudio, que tiene un margen de error de 2,8 puntos porcentuales y se realizó entre el 11 y el 17 de diciembre, muestra también que la aprobación general de su desempeño como gobernador ha caído al 36 %, cuando en agosto pasado era del 41 %.
El último gobernador demócrata de Florida fue Buddy MacKay, quien sustituyó por unos meses en 1998 al también demócrata Lawton Chiles, quien murió ese año de un ataque al corazón.