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Democracia hondureña se juega “ruleta rusa” en las elecciones de noviembre

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Tegucigalpa – La estampa de la “ruleta rusa” podría aplicarse en sentido figurado a las próximas elecciones generales de noviembre próximo en Honduras, donde la democracia estará a prueba al entrar al ruedo, por primera vez, nueve partidos políticos, de diversas tendencias, de los cuales uno es un “outsider” de la política y otro un proyecto político militar de largo plazo.
 

Será una campaña marcada por una alta polarización e ideologización que si no se frena a tiempo, terminará tan vacía como el resto de las campañas políticas anteriores, sepultando el debate de las ideas y las propuestas prevé el catedrático universitario y sociólogo hondureño, Eugenio Sosa.

Consultado por Proceso Digital para dar a escasos meses de los comicios generales, un vistazo de cómo andará el mismo, que pinta el país y que se juega más allá del ejercicio de un sufragio en el compromiso ciudadano con la democracia cada cuatro años.

Sosa dice que un discurso de la anti política que encabeza el Partido Anticorrupción (PAC), como un “outsider” (jugador externo) que ingresa al sistema de partidos políticos, hará ruido, pero el proyecto puede desmoronarse si carece de estructuras, y de triunfar, estaríamos a las puertas de un gobierno impredecible, en tanto Alianza Patriótica es visto como un proyecto de los militares por volver al poder político, mientras se avizora un encendido discurso ideológico entre Libre y el Partido Nacional.

Señala que el bipartidismo se juega sus cartas, o sale debilitado de este proceso o surge con actores de nuevo cuño acompañados de viejos protagonistas de la política tradicional. Así, las elecciones serán como una “ruleta rusa” en donde muchas cosas están en juego y no se sabe con certeza quién captará el interés de una ciudadanía cada vez con mayor desafección hacia la clase política y la democracia. Esta es la visión del sociólogo Sosa:

¿Cómo vislumbra que será el panorama político electoral del país a seis meses de los comicios generales: polarizado o habrá espacio al debate de las ideas y propuestas?

Con seguridad se puede afirmar que el panorama político electoral de las elecciones generales de noviembre de 2013 será de una polarización política muy alta. La afirmación anterior la fundamento en los siguientes aspectos o factores:

a) El espectro de partidos políticos se amplió, pasando de cinco partidos políticos a nueve partidos políticos en esta nueva contienda electoral. Este espectro de partidos representa un abanico ideológico político amplio que va de la derecha a la izquierda, con matices de posiciones de centro.

b) Como parte de la campaña electoral estarán en el centro temas como el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 y muchos otros temas vinculantes. Se re-editará en la campaña los calificativos de golpistas y no golpistas, de ultra-derechistas y ultra-izquierdistas, de pro-constituyentes y anti-constituyentes, entre otros.

c) En términos de actores, en la contienda electoral hay figuras políticas relevantes que estuvieron directamente involucradas en la crisis política surgida del golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Entre estas figuras se identifican: Manuel Zelaya y Xiomara Castro en Libre (presidente derrocado), Romeo Vásquez Velásquez en Alianza Patriótica (Jefe del Estado Mayor Conjunto durante el golpe), Juan Orlando Hernández en el Partido Nacional (Jefe de Bancada del PN durante el golpe), Mauricio Villeda en el PL (apoyó el gobierno de Micheletti). A lo anterior hay que agregar a Salvador Nasralla en el PAC, que desarrolla un discurso de la anti-política y contra los políticos, propio de los llamados “outsider” de la política.

d) Por otro lado, Honduras vive uno de sus momentos más complejos y críticos de la historia. Esto llevará a que afloren discursos de res-ponsabilización y descalificación entre los candidatos sobre quien realmente tiene la razón histórica y la ética para presentarse como un candidato o candidata de soluciones.

Una campaña polarizada política e ideológicamente no conduce de manera automática a una campaña ausente de debate en torno a las ideas y propuestas. Sin embargo, si la polarización se queda enfocada en los insultos, diatribas, y descalificaciones sin argumentos consistentes y propuestas, entonces la polarización puede llevar a una campaña vacía. Para que en la campaña política hondureña pueda existir espacio para el debate en torno a las ideas y propuestas, será fundamental el papel que desempeñen los medios de comunicación, la sociedad civil y la ciudadanía en general.

¿Cree que el tema ideológico marcará este proceso para evitar un posible triunfo de la izquierda en Libre?

Efectivamente el tema ideológico estará presente en la campaña de las elecciones generales de 2013. Los candidatos del histórico bipartidismo (Liberal y Nacional), pero sobre todo el candidato del Partido Nacional, buscará presentar a Libre como un partido de la izquierda radical, y como un peligro para la democracia hondureña.

En sectores de la clase política hondureña todavía se recurre el “fantasma” del comunismo, en algunas ocasiones, tanto como si estuviéramos viviendo en plena “guerra fría”. Lo que ha cambiado es el referente, antes se recurría a Cuba y ahora a la República Bolivariana de Venezuela y los gobiernos de izquierda de América del Sur. La apuesta de los principales contendientes que enfrentan a Libre será presentarlo como un partido extremadamente ideologizado, bajo el criterio que en la ciudadanía hondureña apenas un 8% se considera de izquierda (incluyendo izquierda y centro izquierda).

El tema ideológico también estará marcado por el mismo discurso de Libre, quien ha asumido como eje central de su discurso, el “socialismo democrático”.

Este planteamiento será asociado con el “socialismo del siglo XXI” que impulsó el extinto ex presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, el cual genera muchas desconfianzas entre la ciudadanía hondureña.

Sin embargo, Libre tiene a su favor dos factores: uno, que los conceptos de izquierda y socialismo, ya no generan tanto temor en la ciudadanía como en la década de los años ochenta y dos, el actual gobierno del candidato oficialista ha restablecido las relaciones con Venezuela y se ha incorporado a la iniciativa de Petrocaribe. Pero, Libre siempre enfrenta el desafío de demostrar que su apuesta del “socialismo democrático” no atentará contra las libertades, la libre empresa, ni las relaciones con los Estados Unidos.

Por primera vez en más de tres décadas de democracia formal, nueve partidos políticos se jugarán la presidencia del país, ¿cómo interpretar este proceso en cuanto a la conformación del sistema político hondureño?

Detrás de este fenómeno de la proliferación de partidos políticos, pasando de cinco a nueve partidos, hay causas múltiples. Una, el desgaste lento pero sistemático que el bipartidismo ha sufrido en más de tres décadas de la llamada transición democrática. Dos, la incapacidad de los partidos PINU, PDCH y UD para constituirse como una alternativa política ante el fracaso del bipartidismo. Tres, el impacto del golpe de Estado en el sistema de partidos políticos que debilitó y cercenó al Partido Liberal, motivó la participación política de las organizaciones del movimiento popular, politizó la ciudadanía y despertó las “ansias” de poder de los militares activos y en situación de retiro.

Un “outsider” de la política en el PAC y un ex militar en un proyecto político militar son dos de las nueve fuerzas políticas que entran a la contienda por primera vez, ¿Qué probabilidades tienen cada uno? ¿Qué nos indica ello en términos de democracia y participación política? ¿Qué pasará con el bipartidismo?

Son varias preguntas a la vez, y todas muy complejas. Entre el PAC y la Alianza Patriótica en términos de perspectivas y posibilidades hay diferencias significativas. El PAC concita, por lo menos hasta ahora, mucho más apoyo popular que Alianza Patriótica. El discurso de la anti-política y contra los políticos de Nasralla es mucho más atractivo, sobre todo para la ciudadanía que tiene desafección hacia la política, que el discurso difuso de Romeo Vásquez Velásquez. En la medida que Alianza Patriótica atrae personas como Billy Joya, quien tiene un discurso fuerte en el tema de la seguridad, uno de los temas que ocupa el primer lugar de prioridad para los hondureños y hondureñas, puede atraer la voluntad de un porcentaje importante de electores. La debilidad principal del PAC es no ser en términos organizativos y políticos una maquinaria electoral.

En términos de democracia y participación política el problema del triunfo de los “outsider” en la política, es que pueden ser gobiernos altamente impredecibles, porque no representan un proyecto político partidario sostenible. El motor político es el “outsider” y al perder energía o salir del juego éste, el “proyecto político” se derrumba. Por otro lado, a largo plazo el discurso de la anti-política no transforma la política, sino que la niega y puede dar lugar al surgimiento de fenómenos de diferente tipo. Un eventual éxito de proyectos como Alianza Patriótica podría significar para Honduras el retorno de la alta influencia del estamento militar en la vida política del país y profundizar la militarización y el autoritarismo en la sociedad hondureña.

¿Qué pasará con el bipartidismo?

El sistema de partidos se encuentra en un proceso de cambio, que puede ser corto o prolongado. Los resultados finales pueden llevar a la desaparición de algunos partidos, los más débiles, y a la consolidación de un sistema multipartidario.

Tampoco se puede descartar que emerja un bipartidismo de nuevo cuño, con otros actores o con la combinación de viejos y nuevos actores partidarios.

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