Washington- Los abogados defensores del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidieron este lunes al Senado, controlado por los republicanos, que acabe «rápido» con el juicio político contra él, que está previsto que empiece mañana, y tacharon de «amañada» la investigación de los demócratas.
Los letrados del mandatario tenían hasta el mediodía de hoy de plazo para presentar por escrito sus argumentos para defender a Trump, después de que los legisladores demócratas que harán de «fiscales» en el juicio político expusieran sus puntos de vista en un documento similar el sábado pasado.
«Perversión peligrosa de la Constitución», según la defensa de Trump
«Todo esto es una perversión peligrosa de la Constitución que el Senado debería condenar rápida y categóricamente», dijo la defensa de Trump, liderada por el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, en el documento.
En una rueda de prensa telefónica, previa a la entrega y publicación del documento, fuentes que trabajan con el equipo de la defensa de Trump y que pidieron el anonimato rechazaron aclarar si la petición para un rechazo «rápido» de los cargos incluirá una moción para exigir al Senado que descarte el caso.
«No voy a entrar en detalles sobre cuál será nuestra estrategia cuando el juicio político comience», subrayó una de las fuentes.
Sostuvieron, además, que el caso no es valido porque las acusaciones son «deficientes».
Una defensa basada en la forma más que en el fondo
De hecho, a lo largo de las 171 páginas de su documento, el equipo legal se centra más en convencer de que los cargos políticos contra Trump -de abuso de poder y obstrucción al Congreso- son defectuosos, que en desmentir que pidiera la intervención de Ucrania para influir en las elecciones presidenciales de noviembre de este año.
En ese sentido, los letrados calificaron de «poco sólidas» esas acusaciones, ya que, en su opinión, no apuntan a que se haya producido un crimen o violación de la ley, «y ni mucho menos un delito grave y falta, como requiere la Constitución» para abrir un proceso de destitución.
«No se aproximan ni remotamente al umbral constitucional para destituir a un presidente», zanjaron.
Los cargos políticos contra Trump fueron aprobados en diciembre por la Cámara Baja, de mayoría demócrata, tras meses de investigación por parte de los legisladores sobre las presiones del mandatario a Ucrania.
El caso se destapó por una queja de un informante a los servicios de Inteligencia después de una llamada en julio entre Trump y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en que el estadounidense solicitó a Kiev que iniciara pesquisas sobre uno de sus rivales políticos, el exvicepresidente Joe Biden, actual precandidato demócrata a los comicios de este año, y su hijo Hunter por presunta corrupción en ese país.
Según la oposición progresista, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y la programación de una reunión en la Casa Blanca con Zelenski a su exigencia de que Kiev anunciara públicamente que planeaba investigar a Biden
La defensa arremete contra los demócratas
En el documento entregado hoy al Senado, los abogados defensores acusaron a los demócratas de haber buscado corromper el poder «extraordinario» que supone someter a un presidente a un juicio político y de convertirlo en «una herramienta política para revocar el resultado de las elecciones de 2016 e interferir en las de 2020».
«Los cargos políticos ahora ante el Senado -agregaron- son una afrenta a la Constitución y a nuestras instituciones democráticas. Los cargos, y el proceso amañado que los trajo aquí, son un acto político desvergonzado de los demócratas de la Cámara (Baja) que debe ser rechazado».
En reacción a estas afirmaciones, los siete «fiscales» del juicio político emitieron un texto de nueve páginas en que sostuvieron que, «pese a la obstrucción del presidente Trump a la investigación de juicio político, la Cámara (Baja) amasó pruebas abrumadoras de su culpa».
«Lo hizo a través de procedimientos justos enraizados firmemente en la Constitución y los precedentes», indicaron los conocidos en inglés como «impeachment managers», que instaron al Senado a que lleve a cabo un juicio político «justo, justo para el presidente Trump y justo para el pueblo estadounidense».
Cuando hoy se cumple el tercer aniversario de su investidura, en 2017, Trump se ha convertido en el tercer presidente de la historia de EE.UU. en ser sometido a un juicio político después de Bill Clinton (1993-2001) y Andrew Johnson (1865-1869), ambos exonerados por la Cámara Alta.
Aun así, el mandatario no estará en Washington por lo menos al comienzo del juicio ya que tiene previsto partir estar tarde hacia Davos (Suiza) para participar en el Foro Económico Mundial.