Tegucigalpa/New York – Luego del receso del mediodía en el segundo día de juicio al expresidente Juan Orlando Hernández en la Corte del Distrito Sur de New York, EEUU, la defensa procedió a interrogar al testigo de la Fiscalía, José Sánchez, alias “El Contador”, un empleado de Fuad Jarufe Larach.
– Colon pidió pruebas que demostraran sus declaraciones, a lo que Sánchez negó tener las evidencias del caso.
El abogado Raymond Colon comenzó preguntando en qué año se dio cuenta que el dinero en efectivo era parte de una operación relacionada con la narcoactividad, a lo que Sánchez respondió que en 2004.
El defensor cuestionó a Sánchez que llevó el dinero a sabiendas que era producto del narcotráfico. El Contador asistió que solicitó visa a EEUU en la embajada de Tegucigalpa el 22 de mayo de 2012. Agregó que usó el documento para viajar por 10 días, al tiempo que negó haber obtenido otra visa el 14 de octubre de 2013.
Sánchez aceptó haber depositado dinero del narcotráfico, pero que no recibió ningún beneficio. Además contó que solicitó asilo en Chicago, pero le fue negado, ningún abogado lo quiso representar. Hizo el trámite cuatro años después de entrar a suelo norteamericano con visa de turista.
De nuevo Colon se refirió al allanamiento de 2011 en el narcolaboratorio en Cerro Negro (Cortés), a lo que el testigo fiscal respondió que le dijo a un agente de la DEA en una reunión de 2019 que lo había visto por televisión.
Las respuestas del testigo siempre fueron vagas y no refutaban los señalamientos de Colon, quien prácticamente avasalló a un Sánchez vacilante y con respuestas monosílabas.
Negó que en 2013 haya sentido miedo contra su vida por parte del expresidente Hernández, sin embargo aceptó que en 2015 se sentía en peligro, pero no quiso especificar las razones en ese estrado.
Luego del receso de media tarde, “El Contador” reveló que trabaja en una fábrica en EEUU y negó que el gobierno le pague honorarios legales relacionados a su solicitud de asilo. Apuntó que se fue de Honduras por temor tras la muerte en junio de 2015 de Cristian Ayala y nunca más regresó. Así terminó su relato. JS