En los próximos meses, dos fiscales se incorporarán a la nueva «Liga de la Justicia».
Aún no sabemos si se tratará de fiscales cinco estrellas, de superfiscales o fiscales de oro… lo que sí conocemos es que necesitarán superpoderes para rescatar al Ministerio Público de las manos de la criminalidad y corrupción que han mantenido secuestrada esta institución.
En su artículo 1 de la Ley del Ministerio Público se habla sobre una entidad libre de injerencias político-sectarias e independientes de los Poderes del Estado.
Tomando esa misión como base, ¿quiénes tienen que estar a la cabeza del ente que debe representar, defender y proteger los intereses generales de la sociedad hondureña?
Para responder a esa pregunta, se consultó a un grupo de abogados/as, periodistas y congresistas. Se les solicitó que mencionaran un atributo que consideren debe primar en la persona que ostente el cargo de fiscal general del Ministerio público
En el grupo de profesionales del derecho las respuestas más frecuentes fueron las siguientes: independencia, objetividad, imparcialidad, valentía, honestidad, integridad, moralidad, conciencia, sensibilidad en materia de Derechos Humanos, capacidad gerencial, autoridad, que no sea una persona sectaria y que se muestre implacable en su actuar contra la delincuencia común y organizada.
En cuanto a los profesionales del periodismo y la comunicación social, las respuestas fueron: honestidad, ética, incorruptibilidad, justicia, honradez, visión, imparcialidad, independencia, compromiso, transparencia, valentía, liderazgo, que sea apolítico y que tenga la triple solvencia: económica, moral y académica.
Por su parte, congresistas respondieron que los atributos infaltables en la o el nuevo fiscal general deben ser: honestidad, capacidad, cercanía con el pueblo, compromiso para combatir la corrupción, trayectoria, independencia, idoneidad, sensibilidad humana y que sea insobornable e incorruptible.
Entre las personas profesionales del derecho el atributo que obtuvo más número de menciones es independencia; mientras que entre periodistas y congresistas la virtud que prevaleció es la honestidad.
Para Silvana Stanga, asesora técnica senior en educación legal, de la American Bar Association, el primer atributo que debe tener un/a fiscal es «ser buena persona», después viene todo lo demás…
Stanga, quien también es especialista en la mejora de justicia, educación legal y capacitación judicial, participó recientemente como ponente en un taller dirigido a periodistas, organizado por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la American Bar Association (ABA), en donde se dialogó sobre estándares y buenas prácticas internacionales a monitorear en el proceso de selección y elección del fiscal general en Honduras.
La experta internacional mencionó cuatro principales idoneidades para ejercer el cargo de fiscal general y que se registran en un documento realizado por la Iniciativa para el Estado de Derecho de la American Bar Association-Colegio de Abogados de Estados Unidos de América (ABA ROLI) y el Centro de Derechos Humanos de la American Bar Association-Colegio de Abogados de Estados Unidos de América (ABA CHR), material que fue remitido a la Junta Proponente encargada de la selección de los cinco perfiles que deberán ser remitidos al Congreso Nacional.
Esas cuatro aptitudes son idoneidad ética, gerencial, científico-técnica y física-psíquica.
En la parte ética se habla de la relación con el comportamiento esperado de parte de las personas candidatas, tanto en su vida profesional como personal; el componente gerencial implica «alta competencia para dirigir una de las instituciones más importantes del país», menciona el documento.
En el aspecto científico-técnico, se apela a la necesidad de tener un alto conocimiento de las ciencias involucradas en el cargo (sólidos conocimientos de derecho penal y procesal penal y ciencias relacionadas con la dirección y gerencia).
Finalmente, contempla la idoneidad física y psíquica, «esto es que las personas que dirijan la institución deben ser aptas y contar con atributos de la personalidad que lo diferencien y destaquen en su ámbito».
Estos componentes se suman a los mencionados por los grupos profesionales anteriormente consultados; es decir que el alto quilataje moral es primordial para un desempeño que ponga a la población por encima de las instituciones. Que no sea un perfil de fantasía con baño de oro, y que a la primera inmersión se ennegrezca y corroa. Que no se deje amedrentar y que su accionar obedezca exclusivamente a lo que manda la ley: velar porque la función jurisdiccional penal se ejerza eficazmente.
Como periodistas, sociedad civil, ciudadanía consciente y clase política comprometida, debemos ejercer nuestro rol veedor para que este proceso se desarrolle en el marco del respeto de principios como la transparencia, máxima divulgación y acceso a la información, exigir que prime el mérito e idoneidad, porque lo que nos estamos jugando como hondureños/as es garantizar que por fin la justicia se vea con urgencia y no con parsimonia y que la judicialización supere a la impunidad.
Será precisamente ese buen accionar el que hará que podamos decir que la persona que ocupará la silla del fiscal en el periodo 2023-2028 valdrá, verdaderamente, su peso en oro.
Nota:
Un agradecimiento por sus respuestas a las y los profesionales del derecho: Melissa Medina, Luis Urbina, Stephanye Andino, Arnold Sánchez, Henry Salinas, César Espinal, Scarleth Mayorquín, Rafael Jerez, Juan Carlos Aguilar, Rafael Canales, Ana Pineda y Oliver Erazo.
A los profesionales de la comunicación: Gilda Silvestrucci, Alex Flores, Jorge Estrada, Agustín Lagos, Jerry Carbajal, Javier Flores, Bridel Euceda, Javier Rivera, Robert Marín, Edgardo Melgar, Juan Carlos Sierra y Celeste Maradiaga.
A las y los congresistas: Claudia Ramírez, José Rosario Tejeda, Carlos Umaña, Maribel Espinoza, Marlon Lara, Lissi Cano, Jari Dixon, Ramón Barrios, Marco Eliud Girón y Erika Urtecho.