Tegucigalpa/Washington – Nuevamente el tema migratorio está en la parte alta de la agenda de Washington cuando falta apenas una semana para que el Congreso vuelva a aprobar los fondos para el funcionamiento del gobierno federal de Estados Unidos, mientras los inmigrantes aceleran el envío de remesas a sus países de origen.
-Honduras espera renovación del TPS en julio próximo, luego que Trump extendiera el permiso a los sirios.
El 23 de marzo fue la fecha tope que establecieron los congresistas estadounidenses en febrero pasado para financiar al gobierno federal e impedir el cierre de operaciones de varias de sus oficinas.
Legisladores republicanos y demócratas se encuentran enzarzados en cuanto al tema del futuro de los “dreamers” o “soñadores”, como se conocen a los más de 600 mil jóvenes que dependen su futuro de un acuerdo entre las dos alas del Congreso y luego confrontarlo con la Casa Blanca de Donald Trump.
Trump puso fin al programa de Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) y le impuso al Congreso la fecha del 5 de marzo para que encuentren una solución al problema migratorio de los jóvenes.
El programa DACA fue establecido por el ahora expresidente Barack Obama el 2012, ante el fracaso del Congreso para aprobar una reforma migratoria que solvente el problema de los 11 millones de extranjeros que residen en Estados Unidos sin la autorización debida.
Aunque la fecha del 5 de marzo para que los legisladores solventarán mediante ley el problema de los “dreamers”, el decreto de Trump de poner fin al programa DACA se encuentra suspendido por decisiones judiciales.
DACA por muro
Ante esta situación, el presidente estadounidense, Donald Trump, viene ofreciendo a los legisladores de los dos partidos que extendería el beneficio a los “soñadores” a cambio que el Congreso le apruebe 25 mil millones de dólares para construir el muro que busca construir en la frontera con México.
La Casa Blanca busca que el acuerdo pueda incluirse en la aprobación de la ley presupuestaria que los legisladores deben aprobar antes del 23 de marzo, para evitar que el gobierno federal vuelva a cerrar sus operaciones.
Más de 16 mil hondureños están entre los que están protegidos por el DACA, de acuerdo a datos del Servicios de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos.
Pero la incertidumbre es lo que rodea a este grupo de connacionales, junto a otros más de 600 mil jóvenes que llegaron en la infancia a Estados Unidos.
Mientras por el lado del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), la situación continúa abierta, ya que el gobierno estadounidense solo le dio revalida por seis meses, el cual vence el 5 de julio próximo.
En febrero pasado venció el plazo para que los más de 57 mil hondureños beneficiados se reinscribieran en dicho programa, el cual los blinda de cualquier deportación y les autoriza a trabajar legalmente en suelo norteamericano.
Desde que llegó al poder en enero del año pasado, Trump ha mantenido una política contra los inmigrantes indocumentados y aboga por su deportación.
En ese marco anuló los beneficios del TPS para Haití y Nicaragua el 2017 y en enero de 2018 lo hizo con El Salvador afectando a más de 200 mil personas.
Pero sorprendentemente la administración Trump interrumpió su ola de anulaciones de TPS y el que beneficiaba a los sirios les fue extendido por 18 meses, algo que descoloco a los activistas proinmigrantes.
Honduras volverá a la carga para pedir una extensión del TPS antes que caduque la actual protección el 5 de julio.
Remesas al alza
Mientras el debate migratorio está en la cima en Washington, los migrantes hondureños mantienen en alza la remisión de remesas a sus familiares en Honduras.
Un informe del Banco Central de Honduras (BCH, emisor) informó que en los primeros dos meses se recibieron casi 717 millones de dólares, un 9.4 por ciento mayor respecto al mismo periodo del 2017 cuando ingresaron 655.6 millones de dólares.
Las remesas representan el 18 por ciento del producto interior bruto de Honduras.
