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Cumbre de las Américas busca recomponer “enfriamiento” entre EE UU y Latinoamérica

Washington.-La Quinta Cumbre de las Américas que se celebrará en Puerto España, Trinidad y Tobago, entre el 17 y 19 de abril, abre las posibilidades del replanteamiento de una vieja relación entre el nuevo gobernante de Estados Unidos, Barack Obama y sus vecinos del sur, deteriorada en los últimos ocho años del mandato de George W. Bush
 

Al menos ese es el sentir en Washington de analistas, representantes de diferentes organizaciones y principalmente de altos cargos del Departamento de Estado de EE UU y el Congreso que ven en este evento un nuevo acercamiento y fortalecimiento de relaciones entre el recién electo gobernante de la potencia del Norte y sus homólogos latinoamericanos.

En una cobertura especial, Proceso Digital cubre las expectativas que abre esta cumbre para la administración Obama y los países del hemisferio sur y fundamentalmente analizará las implicaciones que tiene para Honduras su giro hacia la izquierda y sus lazos cada vez más fuertes con el gobierno de Hugo Chávez de Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua.

Los líderes de las naciones democráticas del Hemisferio han sido convocados por la Organización de Estados Americanos (OEA) para el 17 y 19 de abril de 2009 en Trinidad y Tobago a efecto de abordar los temas más importantes que enfrenta la región y proponer soluciones colectivas a los mismos, pero de forma especial la crisis económica que afecta Estados Unidos y los países latinoamericanos.

Los temas que dominarán esta cumbre serán, según la agenda oficial, la promoción de la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental centrada en la reducción de vulnerabilidades críticas y en mejorar el bienestar y la seguridad de los pueblos de las Américas a través de un conjunto de políticas sociales, económicas y ambientales integradas.

Si bien esos son los temas más relevantes que se han contemplado durante este encuentro de alto nivel en el que se espera la presencia de la mayoría de gobernantes del hemisferio, incluyendo los mandatarios de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, la agenda no oficial buscará poner fin al alejamiento que primó en la administración Bush, con la mayoría de naciones del sur.

La Organización Diálogo Interamericano, que tiene su sede aquí en Washington, ha señalado que aunque las relaciones entre EE UU y sus vecinos del Sur están en su punto más bajo desde la Guerra Fría, el presidente Obama cuenta con la oportunidad de darles un giro positivo y recomponerlas.

“La preocupación principal de la región es la crisis económica y en ese sentido lo mejor que puede hacer Estados Unidos en beneficio de América Latina es poner orden en su propia casa y volver a crecer”, señaló en un análisis sobre el tema Diálogo Interamericano, una de las organizaciones de mayor influencia en la capital federal.

Las prioridades de Obama

Diálogo Interamericano enumeró una lista de las prioridades que deberá afrontar Obama con sus homólogos latinoamericanos, entre las que destacan la eliminación de las barreras proteccionistas, la recomposición de las relaciones con Cuba, la derogación paulatina del embargo a la Isla, así como permitir que instituciones como la OEA establezcan contactos con Cuba y el levantamiento de las restricciones para que los americanos viajen a ese país.

Otro tema, que según el organismo, deberá ser una de las prioridades de Obama, es el recrudecimiento de la violencia vinculada al narcotráfico en México y el aumento de la cooperación a ese país para enfrentar ese flagelo, si se considera que EE UU es el mayor consumidor de droga.

Diálogo Interamericano pidió a la administración de Obama que impulse una reforma migratoria que regularice la situación de los aproximadamente 12 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos y la suspensión de la construcción del muro en la frontera con México.

En el tema de comercio, Obama tendrá también el reto de aprobar los tratados de libre comercio ya negociados con Panamá y Colombia.

En lo que concierne a las relaciones con Venezuela y los países que le son afines, entre ellos, Honduras y Nicaragua en Centroamérica, los expertos consideran que Obama deberá evitar el debate y el enfrentamiento con Hugo Chávez, ya que eso abonará a la causa del gobernante suramericano.

En declaraciones a Proceso Digital, el politólogo Mark Jones, de la Universidad Rice, comparte estos criterios y señaló que Obama cuenta con un importante interlocutor en el sur y este es el presidente de Brasil, Lula Da Silva, que puede ayudar como contrapeso a la ofensiva populista del venezolano Hugo Chávez.

“El presidente Obama ya ha mostrado que su interlocutor por lo menos en América del Sur va a ser Lula da Silva. Eso es lógico porque comparten sintonía progresista, los dos son progresistas y a Obama le cae muy bien la política de Lula, su conciencia social, al mismo tiempo respeta los mercados y la democracia”, opinó.

Además de eso agregó que es la economía más importante de la región y “ofrece un freno al populismo que está en muchas partes del continente. Lula representa el verdadero balance y contrapeso a Hugo Chávez”.

Sobre el tema de México dijo que existe la peculiaridad que este país comparte fronteras con EE UU y la política del gobierno mexicano termina siendo política interna en Estados Unidos, en especial el tema relacionado con el narcotráfico y el flujo de inmigrantes.

“Si esa violencia está pasando a Chiapas o a Oaxaca, eso lo importaría poco a EE UU, pero como está pasando en Juárez, Matamoros, El Paso, Tijuana y San Diego, es del interés de la clase política”, apuntó.

Jones indicó que Obama ha mostrado que su política con Cuba será muy distinta a la que se practicó en los últimos ochos años.

No obstante, indicó que el descongelamiento del embargo no será una tarea fácil, pero ya ha mostrado su intención de que más cubanos americanos viajen a la isla y que manden su remesas sin ningún problema y que Cuba pueda comprar medicinas y alimentos sin “poner efectivos en la mesa”.

Honduras y su alejamiento

Sobre los países de Centroamérica, Jones señaló que por los momentos no se vislumbra un interlocutor de la catadura de Lula da Silva y descartó que los presidentes de Nicaragua o Honduras puedan serlo.

Llamó la atención del hecho que la reunión con los gobernantes de la región se haya efectuado en Costa Rica y dice mucho de lo que pretende la administración Obama en la región.

Para algunos expertos, para la administración Obama será motivo de análisis el hecho que Honduras y Nicaragua ya prácticamente se estén desmarcando de la política de Obama hacia la región en consonancia con los dictados de Caracas.

También habrá que ver la dirección que toma la política exterior del nuevo gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador, aunque se abriga la esperanza que el gobierno del presidente electo Mauricio Fúnez se asemeje al de Lula en cuanto a moderación y respeto a los intereses empresariales y estadounidenses.

Especial análisis ameritarán las repercusiones que tendrán para Honduras el desplante del presidente Manuel Zelaya, al vicepresidente Joseph Biden, quien precisamente este domingo llegó a Costa Rica para tratar diferentes temas de interés bilateral con los gobernantes centroamericanos.

Zelaya y Daniel Ortega de Nicaragua son los únicos dos gobernantes de la región que se negaron a participar en la reunión con Biden aduciendo motivos de “agenda”, pero que en el fondo se trata de la línea dictada desde Caracas, según los expertos aquí consultados.

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