Tegucigalpa – Alice H Shackelford llegó a Tegucigalpa a finales de julio de este 2020 como coordinadora residente de la ONU en Honduras, en un momento en que el país afronta múltiples pandemias. Ella dice que su propósito es trabajar en la agenda 20/30 que se enfoca, entre otros aspectos, en la inclusión y en las desigualdades, especialmente en la pobreza extrema que en este país se ha remarcado durante la actual crisis ocasionada por el COVID-19.
“Estamos para acompañar al gobierno, al Estado hondureño, sociedad civil, sector privado, municipalidades, sindicatos entre otros” dijo la coordinadora residente, quien desde 2015 se desempeñó bajo el mismo cargo en Costa Rica.
Pero esa agenda que contempla 17 objetivos de desarrollo sostenible ha sufrido su impacto con la presencia global del COVID-19.
Los objetivos en el contexto del COVID-19
Naturalmente se está moviendo por el impacto fuerte a su alrededor que más que una pandemia, es una crisis sanitaria, económica, de pérdida de trabajos, de impacto en las familias, en sus mesas; también una crisis de derechos humanos y de grupos excluidos y muy golpeados, reflexionó Alice H Shackelford.
Recién llegada al país, la representante ve claramente como en términos de las desigualdades, el problema principal de Honduras, la pobreza, tiene datos muy preocupantes. De un poco más de nueve millones de habitantes, se estima que el 64.7% de la población vive en situación de pobreza, es decir, un poco más de 5.7 millones de personas. De este número, el 41.7% se encuentra en pobreza extrema, que representa más de 3,7 millones de habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2019.
Para ello es importante construir las respuestas del país en el contexto de la pandemia, dice la nueva funcionaria de las Naciones Unidas quien considera una prioridad el enfoque de derechos humanos para luego desmenuzar los grupos vulnerables entre los cuales destacan las mujeres, niñas, pueblos indígenas, garífunas con un enfoque de derechos humanos.
El balance necesario en términos ambientales
Los desafíos de Honduras no dejan de lado las preocupaciones ambientales, en términos del balance, entre protección del ambiente y la productividad.
“Una de las áreas con más conflicto es alrededor de donde se encuentran estas dos dimensiones!”, apostilló Alice H Shackelford, para luego recordar los casos de Gualcarque y Guapinol.
Para ella, el tema ambiental es muy crítico y por ello dijo “hacemos un llamado al seguimiento de los acuerdos de gobernanza ambiental, potente y no tan dividida en diferentes instituciones, sino clara y efectiva”, exhortó.
Abogó por construir procesos conjuntos con el sector privado y la sociedad civil, poniendo énfasis en que parte de la conflictividad en el país está alrededor de los recursos naturales, minería y proyectos hidroeléctricos.
En este apartado manifestó que hay casos y violaciones contra defensores del ambiente y dijo que “por eso hago referencia a los defensores de derechos humanos que allí debemos encontrar espacios para que la institucionalidad hondureña reconozca esa incidencia para poder balancear mejor la productividad y la protección de ambiente”.
Salud, Alimentación, Educación
Desgranando la complejidad de la realidad hondureña, recordó como parte de las dificultades el acceso a la educación, a la salud, que deben ser universales y que requieren ser fortalecidos.
De la misma forma destacó la urgencia de atender la alimentación, la nutrición. Alrededor de 30 por ciento de la población hondureña no tiene acceso a la seguridad alimentaria.
Migración e impunidad
La coordinadora de las NU también enmarca la migración y la incidencia del alto nivel de pobreza, corrupción e impunidad en los éxodos de hondureños. Para ella, esas realidades hacen que mucha gente no vea la esperanza de poder construir en este país su vida e intenta irse en otra dirección.
“Nosotros hablamos de migración segura y ordenada que no siempre es el caso como sabemos y que involucra cada vez más familias y niños no acompañados también” dijo Alice H Shackelford, al tiempo que hace énfasis en el desplazamiento interno como parte del contexto.
La funcionaria cree que el fenómeno de la migración debe contemplarse entre las causas que demandan el fortalecimiento del estado de derecho.
Una multiagenda
Luego de analizar el mapa del país y sus escenarios, Alice H Shackelford reafirma que la agenda 20/30 no se puede lograr basada solo en un sector particular.
“Eso significa que debemos continuar fortaleciendo la institucionalidad, los actores gubernamentales y estatales, seguimos con ellos, acompañando a la sociedad civil y buscando un diálogo democrático que posibilite soluciones conjuntas” externó.
Acentuó que el fortalecimiento de la institucionalidad, de las políticas públicas, la rendición de cuentas, el monitoreo de la gestión del Estado en base a resultados y respetuosas de los derechos humanos, son fundamentales para el bienestar hondureño.
A su juicio, el gobierno no tiene capacidad de resolver todos los problemas del país y por ello es importante dejar de lado las polarizaciones políticas y encontrar la agenda común para mediano o largo plazo y reducir las desigualdades.
Recordó que en el país hace falta generar certidumbre en las institucionalidades ya que Honduras enfrenta un grave problema de desconfianza evidente, tal y como lo refleja Latinobarómetro.
En ese contexto dio importancia a las reformas electorales para que en las elecciones de 2021 no se repita la crisis ocurrida tras el proceso electoral de 2017.
La necesaria transformación de la ONU
Respecto a los reclamos del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien demandó en la asamblea de la NU mayor acción, más compromiso y menos burocracia, ella externo que “yo pienso que, naturalmente el mensaje del presidente es claro, tenemos que ver la manera de seguir fortaleciendo los procesos de reforma interna de las Naciones Unidas”.
Luego apostilló que el secretario general del sistema, “miró la agenda 20/30 y dijo bueno, eso significa que el sistema de las Naciones Unidas en los países tiene que trabajar de una manera más coordinada y alineada, las diferentes agencias del programa tienen que coordinarse para poder apoyar al país en la implantación de la agenda multidimensional”.
Más adelante reafirmó que efectivamente, la ONU debe trabajar en seguir fortaleciendo la eficacia y de la eficiencia del sistema alrededor de los países miembros.
Otro elemento muy importante es fortalecer el seguimiento de los acuerdos y de su implementación es muy importante que se siga poniendo, la agenda 20/30 como central, naturalmente se tiene que reajustar en el contexto del COVID-19 como todo lo que se está haciendo.
“Estamos en un momento muy estratégico como NU en Honduras, trabajando con el gobierno, sociedad civil, sector privado para avanzar en nuestro nuevo marco de cooperación para el periodo 2022-2026”, aseguró.
Respecto a la excesiva burocracia en el sistema de las Naciones Unidas dijo que es una crítica con la que concuerda “absolutamente, el secretario general lo dijo muy claramente, y propuso tres grandes reformas cuando llegó: la reforma de la burocracia y ya hay grandes cambios en ese sentido; la reforma del sistema de las UN que, también está aprobada por la asamblea general, y la reforma de todo el trabajo alrededor de paz y prevención de conflictos.
“Es una agenda fuente de reforma y las Naciones Unidas necesita siempre reformarse” indicó al tiempo de valorar elementos particulares en el caso de Honduras y facilitar y liderar las coordinaciones del sistema para responder a las necesidades del país.
Ella dijo que gran parte de lo que pueda avanzarse a nivel nacional dependerá del gobierno y de los actores nacionales para responder a los desafíos planteados por las Naciones Unidas de cara a los 75 años y que está enfocado en los derechos humanos, el desarrollo sostenible, igualdad de género y reconstrucción del tejido social de Honduras.