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Cuando dirigí dos coberturas periodísticas de Cumbres Iberoamericanas

Miami, (EEUU) –  Cuando era subdirector de Internacional de la Agencia española de noticias EFE en su sede central de Madrid, me tocó dirigir la cobertura periodística de dos Cumbres Iberoamericanas.

La primera fue la V Cumbre, en Bariloche (Argentina) en 1995 y la segunda, la VI, en Viña del Mar (Chile), en 1996, unas responsabilidades que no solo incluían las de un equipo de periodistas, sino también fotógrafos y técnicos, para los siempre delicados asuntos de transmisión y edición de las noticias.

Hice una parada de una noche en Rio de Janeiro y al día siguiente volé a Buenos Aires, donde pasé otra noche y a la mañana siguiente, en otro avión más al sur, a la Patagonia, al incomparable sitio turístico de San Carlos de Bariloche.

En la Cumbre Iberoamericanas participan los líderes de los países latinoamericanos, España y Portugal. Comenzó siendo anual, pero ahora es cada dos años y en las últimas reuniones se han notado las ausencias, más que las presencias.

En la de Bariloche estaban casi todos. Fidel Castro (Cuba), Violeta Chamorro (Nicaragua), Alberto Fujimori (Perú), Rafael Caldera (Venezuela), Carlos (Menem (Argentina), Calos Roberto Reina (Honduras), Ernesto Zedillo (México) y por España, el Jefe de Estado, el rey Juan Carlos y el presidente del gobierno, Felipe González.

El temario principal de esa cumbre fue la de “la educación, como factor esencial del desarrollo económico y social”.

Cumbre2En el equipo de periodistas solíamos tener un periodista o una periodista venida de Madrid para cubrir exclusivamente al rey o al Jefe de Gobierno, tarea que hacían también en la capital española, tanto en el Palacio de la Zarzuela o el de la Moncloa.

Mi tarea eras más que todo de coordinar todo ese equipo periodístico cada día, responsabilizarme de que se cubriera todos los ángulos informativos y planear el material para las famosas previsiones para matutinos y vespertinos, tanto de abonados de España como de América Latina.

El equipo de periodistas solía ser de unos ocho a diez y se contaba con los que estaban en las delegaciones de EFE vecinas (como Buenos Aires y Santiago de Chile) y en algunos casos como la cobertura especial de los líderes que iban a dar “cancha informativa”, como Fidel Castro, se traía alguien de la delegación de La Habana.

También escribía crónicas firmadas, para dar un panorama global de la Cumbre o cuando observaba que predominaba un tema de debate o había algún choque de opiniones entre los líderes.

Una vez terminada la exhaustiva cumbre, me tomé el placer de cruzar los Andes, desde Bariloche hasta Puerto Montt, en Chile, en una travesía que duró todo un día, cruzando tres lagos en tres barcos pequeños, y tres autobuses, por tierra.

Regresé al Como Sur al año siguiente, en 1996, para dirigir otro equipo periodístico de EFE en la VI Cumbre Iberoamericana de Viña del Mar, que se ocupó, principalmente de “Gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa”.

En la de 1999, el presidente venezolano, Hugo Chávez, comenzó a participar y a darles más interés informativo, generalmente por sus salidas de tono.

cumbre3Y fue en la XVII, en 2007, en Santiago de Chile, cuando el rey Juan Carlos, no pudo más y le espetó a Chávez el ya famoso “¿Por qué no te callas?”.

Todo comenzó cuando Chávez llamó, varias veces, de “fascista” al ex presidente del gobierno español, José María Aznar, por estar, según él, involucrado en un golpe de estado contra su persona.

El presidente del gobierno español de entonces, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, pidió la palabra para solicitar respeto a un presidente español que fue elegido por los españoles, aunque reconoció que con Aznar no comparte simpatías políticas:

Zapatero: Exijo…exijo….

Chavez:  Dígale a él que respete la dignidad de nuestro pueblo.

Zapatero trata de seguir hablando y Chávez lo sigue interrumpiendo.

Y es cuando el Rey, que está muy cerca, estalla y le grita al presidente venezolano:

“¿Por qué no te callas?

Y cuando Daniel Ortega, de Nicaragua, pidió la palabra para defender a Chávez y acusar a las empresas españolas en su país, así como de injerencia política a las embajadas de España y Estados Unidos, fue cuando el Rey se levantó y salió de la sala.

Y en el 2009, en la Cumbre de Estoril (Portugal), la crisis política en Honduras de ese año dividió a los líderes, que terminaron, finalmente, condenando la intervención militar y pidiendo la restitución en el poder del presidente Manuel Zelaya.

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