COVID-19. Pruebas Rápidas y diagnostico de infección

Por: Humberto Cosenza Jiménez
PhD Inmunólogo Director, “Centro de Inmuno-Diagnostico Especializado (CIDE)”

Recientemente han aparecido en las redes sociales anuncios de varios Laboratorios Clínicos ofreciendo Pruebas Rápidas de laboratorio en caso que hayan personas interesadas en saber si han sido infectadas por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19).

Mi preocupación es que por la histeria y el miedo causado por la pandemia, la población acuda a realizarse dichas pruebas por su propia iniciativa y al obtener un resultado no sepa interpretarlo correctamente, causando más ansiedad que tranquilidad en la persona. 

El diagnostico de una infección por SARS-CoV-2 (COVID-19) se realiza básicamente observando los síntomas clínicos del paciente y relacionándolos con los resultados de análisis del laboratorio, que son de 2 tipos: pruebas de diagnostico molecular (PCR, Reacción de la Polimerasa en Cadena) que detecta y amplifica el material genético del virus (ARN, Acido RiboNucléico) y pruebas serológicas, que como su nombre lo indica, detectan en el suero anticuerpos inducidos por el virus. La probabilidad de un resultado positivo por PCR se incrementa en personas con síntomas, graves o leves, por la presencia del virus en las vías respiratorias y disminuye según pasa el tiempo; el paciente se recupera y el sistema inmune inicia la producción de anticuerpos que se acumulan en el suero y reducen la carga viral. 

Un resultado de PCR positivo indica la presencia del ARN del virus y confirma la infección, mientras que un resultado negativo indica solamente que el virus no es “detectable”, no excluye al 100% la infección. Las pruebas serológicas detectan anticuerpos de clase IgM que, generalizando, se acumulan en el suero a los 14 días y desaparecen a los 35 días después de la infección y de clase IgG que aparecen en el suero a los 21 días y son detectables muchos meses después de la infección. Por lo tanto, la presencia de anticuerpos tipo IgM sugiere una infección reciente, mientras que IgG, una infección tardía. Aunque las pruebas serológicas no revelan la presencia directa del virus, son de mucha utilidad porque detectan anticuerpos que son las “huellas” que ha dejado el virus y nos permiten identificar a la mayoría de las personas que han sido infectadas y que, probablemente, han adquirido cierto grado de inmunidad. 

Las pruebas serológicas pueden ser de dos tipos; Pruebas Rápidas cualitativas que dan un resultado positivo o negativo y Pruebas de Laboratorio que además de darnos un resultado positivo o negativo, nos permiten calcular la concentración de anticuerpos, referido como “titulo” del suero. Recientemente ha habido cierta controversia respecto a la confianza de los resultados obtenidos con las Pruebas Rápidas sin tomar en cuenta detalles técnicos del tipo de prueba, como ha sido aplicada y, mas importante, como se interpreta el resultado. 

Para complicar la situación, se permitió la introducción al país de Pruebas Rápidas manufacturadas por empresas no incluidas dentro de la lista de Autorización de Uso de Emergencia (EUA) de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) o Agencias Internacionales equivalentes, lo cual pone en duda la confianza de los resultados obtenidos con dichas pruebas. Por tanto, en mi análisis me referiré únicamente a resultados obtenidos con Pruebas Rápidas autorizadas por el FDA o una Agencia equivalente. 

El primer requerimiento de la Prueba Rápida es que debe tener una sensibilidad y una especificidad mayor de 95% en la detección de personas infectadas y no infectadas, respectivamente. El segundo requerimiento que se debe tener en consideración es la prevalencia de la infección en la población en la cual se está aplicando la prueba para poder interpretar correctamente el “valor predictivo” de un resultado positivo o negativo. El “valor predictivo” sirve para valorar la seguridad de una prueba diagnóstica y nos dice en qué grado un individuo con un resultado positivo está “verdaderamente infectado o enfermo” y un individuo con un resultado negativo, está “verdaderamente no infectado”. Permítanme darles ejemplos de 

los “valores predictivos” de pruebas serológicas aplicadas a poblaciones con diferentes prevalencia de la infección. 

En una población donde el 50% de las personas se han infectado, el valor predictivo de un resultado positivo es alto, ya que es muy probable que las personas positivas por anticuerpos sean realmente positivas; mientras que cuando la prueba se aplica en una población donde la prevalencia de la infección es menor, un 5% por ejemplo, el valor predictivo es bajo ya que la gran mayoría de las personas no han sido infectadas y hay que examinar a muchos sujetos sin infección para encontrar un positivo, dando origen a muchos “falsos positivos”. Asimismo, el valor predictivo de un resultado negativo también se ve afectado por la prevalencia de la infección; en un ambiente de alta prevalencia, el valor predictivo de un resultado negativo disminuye, mientras que en un entorno de baja prevalencia, aumenta. 

Hasta el momento los resultados publicados en revistas científicas de reputación mundial reportan la prevalencia de anticuerpos para COVID-19 desde un 4% hasta un 30% de la población. El dilema entonces radica en implementar un algoritmo que incremente el valor predictivo de un resultado positivo obtenido con una Prueba Rápida aplicada a una población de prevalencia de infección desconocida. En este contexto, sugiero considerar el resultado positivo obtenido con una Prueba Rápida como un “presuntivo” positivo hasta confirmarlo como positivo e incrementar su valor predictivo analizando la muestra con otra técnica que emplea diferentes antígenos y diferente metodología para la detección de anticuerpos específicos para COVID-2; por ejemplo, la prueba de ELISA. Por tanto, para considerar un resultado “verdadero positivo” se requiere que la muestra sea positiva con ambas técnicas y de ser así, se le recomienda al paciente realizarse la prueba de PCR para descartar una infección activa en ese momento. Si da negativo con ELISA, entonces se clasifica como “indeterminado” y se toma otra muestras después de 2 a 3 semanas para descartar en definitiva un resultado positivo. 

Finalmente quisiera enfatizar que los resultados de pruebas serológicas deben ser interpretados en el contexto de la sintomatología clínica del paciente, la evolución de la infección, el aspecto epidemiológico y la biología del virus. Un resultado positivo de anticuerpos realizado con Pruebas Rápidas no significa presencia del virus y negativo su ausencia; aunque la tentación es hacerlo de esa manera debido a que el diseño empleado en las Pruebas Rápidas, es similar al de una Prueba de Embarazo, donde el resultado es positivo cuando aparece una raya de color en el espacio de la muestra. Desafortunadamente, la interpretación del resultado de las Pruebas Rápidas para el diagnostico de una infección por SARS-CoV-2 (COVID-19) no es tan sencillo como el de una Prueba de Embarazo, donde “se está o no se está embarazada”.

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