Luego de siete días de búsqueda, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) contabiliza 23 muertos, cien heridos y al menos 14 desaparecidos, además de cerca de 2.500 personas en distintos albergues.
Por su parte, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha reportado unas 920 casas dañadas, de las cuales 346 quedaron totalmente destruidas en las comunidades cercanas al epicentro del terremoto, en las cercanías del volcán Poás, unos 60 kilómetros al noroeste de San José.
El Gobierno calculó los daños materiales en más de 100 millones de dólares, por lo que ha pedido ayuda a la comunidad internacional.
Países y organismos amigos han respondido con diversos aportes; por ejemplo, Estados Unidos donó 50.000 dólares y por varios días puso a disposición de las autoridades locales cuatro helicópteros militares que permitieron el rescate de cientos de personas que habían quedado aisladas en las montañas.
Colombia también aportó un helicóptero, mientras que España y China se comprometieron a donar 100.000 dólares cada uno, el sistema de Naciones Unidas al menos 240.000 dólares y Venezuela envió camas, tiendas de campaña y suministros.
Para los próximos días la prioridad de las autoridades será continuar la búsqueda de fallecidos por derrumbes, así como aportar soluciones de vivienda y empleo para los miles de afectados, que principalmente se dedicaban a la agricultura, ganadería de leche y turismo.
Los bancos han anunciado que flexibilizarán los créditos y negociarán arreglos de pago, mientras el Congreso trata de aprobar lo más pronto posible un crédito de 65 millones de dólares del Banco Mundial para atender la emergencia y empezar las labores de reconstrucción.
Con los días se ha logrado restablecer los servicios de agua y electricidad en zonas afectadas, pero ahora la mayor preocupación de los vecinos de estas comunidades es cómo comenzar su vida de cero.
En ese sentido, el resto del país se ha volcado en ayudas para los damnificados, recolectando dinero, víveres y todo tipo de suministros.
Medios de comunicación, organismos civiles y hasta los artistas locales han organizado exitosas campañas de ayuda, que continuarán los próximos días.
Incluso figuras internacionales, como el ex campeón de Fórmula Uno Michael Schumacher y la actriz malaya Michelle Yeoh, se han acercado a las zonas afectadas para llevar un poco de consuelo a los damnificados.
El presidente costarricense, Óscar Arias, declaró emergencia y duelo nacional esta semana, y nombró además una comisión ministerial para coordinar las acciones de ayuda con el fin de agilizar las medidas y garantizar que los afectados puedan volver a tener una vida normal.
En la zona de desastre los temblores han continuado con magnitudes de hasta 4 grados en la escala de Richter, pues el terremoto activó fallas locales, lo que mantiene en estado de alerta a pobladores y cuerpos de socorro, pero que es calificado como «comportamiento normal» por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico.