Custodio se solidarizó con el gremio periodístico y expresó que cada vez que muere un periodista se violenta, en primer término, el derecho a la vida e igualmente se afecta, al final, el derecho a la libertad de pensamiento, de expresión y de informar adecuadamente.
Relató que con lo que está ocurriendo en el país, tanto el periodista como el mismo medio empiezan a tener temores porque no se sabe qué es lo que puede exponerlo a un peligro.
Agregó que la muerte de periodistas muestra una tendencia patológica dentro de la sociedad hondureña que debe ser motivo de preocupación, más aún cuando el Estado no tiene la adecuada investigación para determinar la autoría directa o indirecta de estas muertes.
Seguimos en el mismo limbo e incertidumbre, comentó, porque desde hace unos tres años vemos que algunos periodistas han tenido que irse al exilio otros han sido amenazados y más de una decena han muerto.
“Eso trae como consecuencia la limitante de la autocensura porque no se sabe qué es lo que me va a poner en peligro”, indicó.
Cuestionó a las autoridades encargadas de la seguridad porque hasta ahora no han dado con los responsables y los crímenes cometidos contra los periodistas continúan impunes.
“Creo que no ha habido la debida investigación de parte de la policía”, sostuvo el ombudsman hondureño.
Custodio reiteró su llamado a las autoridades encargadas de investigar este tipo de delitos que si no tienen la capacidad, por lo menos deberían pedir ayuda a esos gobiernos que tanto critican al país.
“En la vida hay que aprender, si yo debo hacer algo y no tengo la capacidad busco ayuda, consulto, estudio, diagnóstico y busco soluciones porque cuando un sistema o una parte del Estado sabe que hay un problema y lo siguen permitiendo, eso es aquiescencia o tolerancia del Estado”, opinó
Eso quiere decir, añadió, que no existe la voluntad, hay temor o sencillamente se quiere seguir tolerando el asesinato de periodistas.
El titular del CONADEH reiteró que casi todos los asesinatos cometidos contra periodistas conducen a la autocensura de los medios o de otros periodistas y que, en ese sentido, si se afecta la libertad de expresión.
Comentó que ahora existe un derecho emergente que es el derecho a la verdad y ese derecho se impone cuando hay precisamente peligros contra un gremio vulnerable como el de los periodistas.
Precisó que el derecho a la verdad impone que el Estado tenga interés particular en cada caso, que tenga interés en revelar la causa de estas muertes y en revelar el nombre de los responsables para que luego no sea objeto de manipulación por parte de los opositores políticos que dicen que todos los que han muerto representan la oposición política de este país, lo cual yo no se si es cierto o no.
Desde el 2007 a la fecha, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos registra el asesinato de, al menos, doce periodistas de diferentes medios de comunicación, entre ellos: Carlos Salgado, Rafael Munguía, Osman Rodrigo López, Bernardo Rivera Paz, Gabriel Fino Noriega, Joseph Hernández Ochoa, David Meza Montesinos, Nahúm Palacios, Bayardo Mairena, Manuel de Jesús Juárez, Jorge “Georgino” Orellana e Israel Zelaya.
El Conadeh también registra, desde octubre del 2007, una serie de denuncias de periodistas que fueron objeto de querellas en los tribunales, amenazas a muerte por denuncias actos de corrupción y comunicadores que han salido del país para salvaguardar su vida y la de sus familiares.
Desde el 16 de marzo pasado, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos denunció ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) la situación de violencia a la que están expuestos los periodistas hondureños como resultado del ejercicio de su profesión, razón que lo motivó a solicitar medidas cautelares ante ese organismo.
El propósito del CONADEH con dicha petición ante la CIDH es que se le garantice a los profesionales de la comunicación: el derecho a la vida, el derecho al trabajo, el derecho a la libre emisión del pensamiento y el derecho a buscar, diseminar e informar libremente.
