Tegucigalpa – Con oración y un beso al féretro, esta mañana el cardenal de El Salvador, Gregorio Rosa Chavéz, despidió a su amigo el obispo Roberto Camilleri, quien murió el martes después de sufrir un paro respiratorio.
El cardenal salvadoreño, el primero de este país, llegó a Honduras para participar de la misa de cuerpo presente y posteriormente en el depósito del cuerpo en una cripta de la catedral de Comayagua.
Sin embargo, antes, el jerarca de la Iglesia Católica de El Salvador despidió a quien en vida fuera su amigo con oración y con el gesto de un beso.
También ofreció su bendición para que el alma de Camilleri pueda transitar hacia la Casa del Padre.
Como designa el canon católico el cuerpo del obispo fue velado por tres días tras su muerte la mañana del martes.
Además de ocupar el cargo de obispo de la diócesis de Comayagua, el sacerdote también era el presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH).
Aunque nació en Malta el religioso quiso que su cuerpo reposara en la catedral de Comayagua.
Durante su caminar en la Iglesia cosechó buenas amistades como la del cardenal salvadoreño que hoy llegó a la zona central de Honduras para despedir a su amigo. (RO)
