Tegucigalpa – El juicio oral y público contra el exvicepresidente del Consejo de la Judicatura y de la Carrera Judicial, Teodoro Bonilla, avanza este miércoles con la evacuación de escuchas telefónicas en las que la Fiscalía pretende demostrar la culpabilidad del imputado por el delito de tráfico de influencias consumado.
– El MP trata de sustentar el juicio en prueba científica.
El portavoz del Ministerio Público, Carlos Morazán, dijo que la prueba pericial aportada este día “es más que contundente” para probar el ilícito de Bonilla.
“Podemos ver la manipulación, las influencias, los favores ilegales, los ligues y la prevaricación que existió en el expediente conocido como Shalóm, todo ello para favorecer al señor Teodoro Bonilla que está siendo procesado por el Ministerio Público en una causa vinculada al delito de criminalidad organizada y lavado de activos”, explicó.
De acuerdo al portavoz fiscal, las llamadas escuchadas esta mañana en el juicio oral “dejan más que acreditado cómo se torció la ley para que a toda costa se excarcelara a estos primos del señor Teodoro Bonilla”.
Morazán puntualizó que queda claramente demostrada la influencia que ejerció Bonilla con las juezas Liz María Núñez y Delmy López, así como el imputado trató de presionar al expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Rivera Avilés, para que fuera parte de ese contubernio en el que no existió la correcta aplicación de la ley.
En uno de los audios reproducidos esta mañana, el expresidente de la Corte le dice a la exjueza Liz María Núñez que si la llama Teodoro Bonilla no le haga caso, que aplique la ley porque aquí me está esperando para que yo la llame a usted para que mantenga esa situación.
En las escuchas también se hizo referencia a la esposa de un imputado que dijo haber pagado 300 mil lempiras para que un contador arreglara y emitiera dictámenes falsos patrimoniales, con el propósito de desvirtuar el delito de lavado de activos que el MP los estaba acusando. Asimismo, otro de los imputados al ser excarcelado se comunica con ella y le dice que otras cosas grandes están pasando y no le pueden contar, que “están moviendo teclas” por otro lado.
