Olancho– Comunidades olanchanas esperan superar la pobreza a través de la forestería comunitaria a través del Programa Adaptación al Cambio Climático en el Sector Forestal (CliFor), misma que beneficiará a cientos de familias de esa zona del país.
En el pasado el Municipio de Yocón en el departamento de Olancho ha sido afligido por la tala ilegal de madera, promovida por la agricultura migratoria.
Eso provocó como consecuencia la destrucción de mucha tierra fértil y causó múltiples derrumbes de tierra en varias localidades del municipio tales como: Cañanda Galana, Montañuelas, Los Talnetes, Aguilar, El Nogal, El Chute, El Junco, La Papaya, Los Higuerales, Hierba Buena, Las Flores y Pueblo Nuevo.
Sin embargo, estas comunidades han apostado recientemente por un nuevo camino, representadas por la Cooperativa Agroforestal El Chorrón de la Cañada y el Consejo Intercomunal de Patronatos de dichas comunidades integraron tres mil 022.64 hectáreas de bosque nacional a la forestería comunitaria.
La forestería comunitaria es una iniciativa del Programa Adaptación al Cambio Climático en el Sector Forestal (CliFor), financiado por la Unión Europea (UE) el Gobierno Alemán (BMZ), el Estado de Honduras y ejecutado por el Instituto de Conservación Forestal (ICF), en conjunto con la GIZ.
“Hemos visto como el Programa CliFor nos acompaña en este nuevo proceso con capacitaciones, cambiando nuestras actitudes. Ahora estamos poniendo todo nuestro empeño para desarrollarnos y seguir adelante”, dijo Juan Miguel Grijalva, Presidente de la Cooperativa Agroforestal El Chorrón de la Cañada.
El mismo rumbo tomaron las comunidades El Salitre, Azacualpita, El Junquillo y El Progreso del Municipio de Guata. Ellas formaron la Cooperativa Agroforestal Piedras Gordas, Limitada, que firmó con el iCF un contrato de manejo forestal sobre la asignación de 6,685.56 hectáreas de bosque nacional.
Este documento otorga a las comunidades derechos para aprovechar productos y subproductos del bosque, pero también las hace responsables del manejo, protección y conservación de los recursos forestales. Donde se aplica la forestería comunitaria, los incendios forestales se reducen considerablemente y la tala ilegal de madera es casi nula.
Además se generan empleos temporales en zonas remotas, generalmente excluidas del mercado laboral. Con la integración a la forestería comunitaria de más de 9,700 hectáreas, en buena parte cubiertas de bosque de pino, se benefician unas 261 familias.
“Cuando el Estado asigna bosque a las cooperativas agroforestales se otorga tantos derechos como deberes. Entre los deberes está la protección de los recursos boscosos y las comunidades ya lo toman en serio. Así se evitan por ejemplo los incendios forestales”, expresó el Jefe de la Región Forestal de Olancho, Rolando Salgado. El año pasado el departamento de Olancho fue el segundo más afectado por este flagelo.
Con las firmas de los contratos de manejo forestal las comunidades no solamente buscan seguridad alimentaria, sino también el mejoramiento de su nivel de vida. El aporte financiera por parte de los Cooperantes y el apoyo técnico del ICF y de la Cooperación Alemana despierta mucha esperanza entre los pobladores de los dos municipios de Olancho.
“Como cooperativa queremos progresar y crecer a través de la forestería comunitaria. Eso esperan los socios. Con el desarrollo empresarial, los grupos de mujeres organizados esperemos superar la pobreza que reinan en muchas comunidades de esta región”, comentó el presidente de la Cooperativa Agroforestal El Chorrón de la Cañada las expectativas.
Las 261 familias beneficiadas en las 16 comunidades se sienten comprometidas en la conservación y protección del bosque. Aunque muchas áreas en los dos municipios fueron plagadas por el gorgojo de pino, el entusiasmo es muy grande.
“Me siento sumamente orgulloso de ser socio de una cooperativa agroforestal y contribuir al desarrollo de mi comunidad. Aquí vivo y quiero que las cosas cambian”, describió un poblador de El Junquillo en el Municipio de Guata su motivación.