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Componente político agrava salud mental de hondureños

Tegucigalpa –La situación política que vive Honduras no solo golpea la economía y la seguridad, también está teniendo un impacto profundo y negativo en la salud mental de la población, alertaron psicólogos consultados por Proceso Digital. Mujeres, niñez, pueblos indígenas, afrodescendientes y jóvenes son los sectores más afectados, en un país donde la relación de psicólogos por cada 100,000 habitantes es inferior a uno.

El impacto de la incertidumbre política en la salud mental

De acuerdo con los expertos en el tema la incertidumbre política en un año electoral puede impactar la salud mental de varias maneras, porque genera un clima de tensión prolongada que afecta tanto a nivel individual como colectivo. Los principales efectos suelen ser:

Entre estos la ansiedad y estrés, esto porque la sensación de no saber qué pasará con el futuro del país, el empleo, la economía o la seguridad provoca un estado constante de alerta.

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Luego de crisis politicas viene la depresión y desesperanza, ya que la incertidumbre sostenida puede hacer que las personas perciban el futuro como negativo o sin oportunidades.

De igual forma se agudizan sentimientos de impotencia y frustración debido a que cuando la ciudadanía percibe que las decisiones políticas están fuera de su control, aumenta la sensación de que “nada va a mejorar”, aunque haya un cambio de gobierno, porque cualquier partido que llegue a gobernar no solventa los principales problemas de los ciudadanos.

Esto se agrava si hay antecedentes de fraude, corrupción, violencia política y promesas incumplidas.

Entonces viene la polarización social y desgaste emocional, esto incluso puede llevar a discusiones políticas entre familiares, amigos o en redes sociales y pueden generar conflictos interpersonales, aislamiento y enojo persistente. Lógicamente este ambiente de división desgasta la energía emocional y aumenta la hostilidad.

Luego viene la depresión y desesperanza, ya que la incertidumbre sostenida puede hacer que las personas perciban el futuro como negativo o sin oportunidades. Esto no solo reduce la motivación, sino que también incrementa el riesgo de depresión, sobre todo en grupos vulnerables.

“Muchos hondureños y hondureñas vivimos con ansiedad, estrés, miedo y tristeza profunda por culpa de un sistema político que parece alejado de sus necesidades y que no ofrece respuestas reales a sus problemas”, dijo a Proceso Digital la psicóloga Chasty Fernández.

La especialista de la psicología enumeró la corrupción, la impunidad, la falta de justicia y los constantes conflictos entre los poderes del Estado como factores que están creando un ambiente de inestabilidad que afecta la mente y las emociones de los ciudadanos. “Cuando no se puede confiar en las autoridades, cuando las promesas nunca se cumplen y cuando se vive con miedo a la violencia o a perder el trabajo, la salud mental se deteriora”, acotó.

De acuerdo con los expertos en el tema la incertidumbre política en un año electoral puede impactar la salud mental de varias maneras.

Además, refirió que muchas decisiones políticas están provocando pobreza, violencia, falta de empleo, migración forzada y abandono del campo lo que  obliga a miles de personas a sobrevivir en condiciones difíciles, donde el estrés y la desesperanza se vuelven parte de la vida diaria.

Los registros de los psicólogos en Honduras reflejan que las mujeres, la niñez, los pueblos indígenas y afrodescendientes, así como las personas jóvenes son quienes más sufren estas consecuencias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las mujeres tienen más probabilidades de sufrir depresión, pero Gabriela Chavarría, psicóloga en el Hospital Escuela, observó que también existe el estigma a la salud mental. “Muchas personas, muchos hombres tienden a tener resistencia a buscar apoyo”.

Chavarría indicó que, al principal centro de atención sanitaria del país, a diario llegan entre 1 y 2 pacientes adultos por intentos de atentar contra su vida.

“A la Unidad de Intervención en Crisis del Hospital Escuela asisten pacientes por ansiedad, por depresión, por intentos suicidas, tal vez pacientes que son diagnosticados por diferentes enfermedades crónicas y no reciben apego a sus tratamientos, eso también tiende a influir en su estado emocional”.

La profesional de la salud refirió que la salud mental afecta a toda la población en las diferentes etapas de la vida, donde factores como la parte socioeconómica, el desempleo, los problemas de pareja, el consumo y abuso de sustancias, influyen de manera significativa en el estado emocional de los hondureños.

Chavarría dijo que en el Hospital Escuela para remitir a un paciente a los hospitalizados en atención de enfermedades mentales, el Mario Mendoza y Santa Rosita en caso que necesiten tratamientos especializados. “Los pacientes que requieren tratamientos farmacológicos son los que refieren tanto al Mario Mendoza como el Santa Rosita”, dijo.

En tanto, los pacientes con algún tipo de dependencia a sustancias o con depresiones crónicas que nunca han recibido un tratamiento o intentos suicidas, reciben tratamientos integrales, es decir, psicológico como psiquiátrico.

Todos los días se observan largas filas en hospitales psiquiátricos.

Hondureños urgen de atención

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) exhorta a las autoridades hondureñas y a la población en general a trabajar en la atención de la salud mental, un tema tan delicado que requiere la participación de todos los sectores.

Betina Hernández, coordinadora de la Defensoría de Personas con Discapacidad del Conadeh, expresó que el tema de la salud mental en el país está “abandonado”, situación que preocupa dada la situación de violencia que enfrenta el pueblo hondureño.

En Honduras, hay muy pocos servicios de salud mental. Las clínicas y hospitales no tienen suficiente personal ni recursos, y la mayoría de la población no puede pagar atención privada.

Decisiones políticas que no han priorizado la salud mental como un derecho, sino como un lujo.

En Honduras, la relación de psicólogos por cada 100,000 habitantes es inferior a 1, lo que indica una grave escasez de profesionales en salud mental, según datos de Médicos Sin Fronteras. 

Los especialistas en esta área señalan que esto no es casualidad, sino es el resultado de decisiones políticas que no han priorizado la salud mental como un derecho, sino como un lujo.

Asimismo, destacan que las consecuencias son visibles. “Hay más casos de depresión, suicidios, consumo de drogas, violencia en el hogar y rupturas familiares. Muchas personas viven con dolor emocional, sin poder hablar de ello ni recibir ayuda. Y cuando no se atiende la salud mental, todo el país se ve afectado: se pierde la confianza, se rompe el tejido social y se debilita la democracia”, señaló Fernández.

La profesional, aseveró que desde el marco del derecho a la salud mental, el Estado tiene la obligación de proteger el bienestar emocional de la población, lo que significa invertir en servicios accesibles, formar personal capacitado, promover el autocuidado comunitario y, sobre todo, crear condiciones de vida dignas y justas.

Esto se agrava si hay antecedentes de fraude, corrupción, violencia política y promesas incumplidas.

“A los políticos que hoy están en campaña electoral, les decimos: sus discursos, enfrentamientos y campañas agresivas nos están desgastando emocionalmente. Parece más una guerra que un proceso democrático. Nos están provocando angustia, miedo e incertidumbre. Honduras necesita propuestas claras, respeto, empatía y compromiso real con la vida de su gente”, alertó.

Luego del análisis de los expertos se concluye que la incertidumbre política en años electorales es un factor de riesgo importante para la salud mental. Por ello, es fundamental promover espacios de diálogo, acceso a información confiable y servicios de apoyo psicológico para mitigar estos efectos y fortalecer la resiliencia social. VC

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