Tegucigalpa – La aparición de la pandemia del COVID-19 ha incrementado en el mundo el contrabando de insumos médicos como mascarillas, guantes, gel y desinfectantes, fortaleciendo con ello el comercio ilícito internacional, otro mal que se expande como el virus que ataca a las personas.
Lo anterior solo ha venido a reforzar el comercio ilícito que provoca graves problemas a la salud pública, la economía y la seguridad global.
Solo el año pasado el contrabando de cigarrillos aumentó en 30 por ciento en el país.
Rutas
Los contrabandistas utilizan rutas comunes en América Latina, especialmente aprovechan las líneas ya establecidas por el comercio internacional legítimo para trasladar sus productos.
Los especialistas en combate al comercio ilegal han identificado que los contrabandistas utilizan el esquema de que la mercancía es producida en China, Paraguay, India y otras naciones y luego la transportan a zonas de libre comercio como Colón en Panamá o Corozal en Belice, las cuales sirven de centros logísticos para distribuir dichos bienes en diferentes países latinoamericanos.
Después dichos bienes son introducidos de manera ilegal a través de fronteras terrestres o los puertos del país para lo cual utilizan la modalidad de mercancía “en tránsito” o bien utilizan declaraciones aduaneras falsas.
Alerta
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que el comercio ilícito de tabaco provoca una pérdida considerable de ingresos por impuestos y aranceles para los gobiernos.
Asimismo, la OCDE alertó que el contrabando de tabaco ayuda a financiar el crimen organizado y los grupos terroristas.
La misma organización estableció recomendaciones a los gobiernos para fortalecer el control de las zonas de libre comercio, las cuales pueden verse en el link: http://www.oecd.org/centrodemexico/medios/las-zonas-de-libre-comercio-se-estan-usando-para-traficar-productos-falsificados-dice-la-ocde.htm
Amenaza
El comercio ilícito es una amenaza grave y creciente para la sociedad, ya que por medio del contrabando, falsificación y evasión fiscal, los gobiernos pierden miles de millones en ingresos fiscales perdidos, mientras las empresas legítimas son socavadas y los consumidores expuestos a productos mal elaborados y no regulados por las autoridades correspondientes.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estimó que el crimen organizado transnacional genera un negocio de 870 mil millones de dólares.
El Foro Económico Mundial señaló que colectivamente el valor del comercio ilícito y las actividades delictivas transnacionales representan entre el 8% y 15% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Lorena Hernández, Jefa del Departamento de Operaciones Aduaneras, de la Administra Aduanera de Honduras, dijo que el “contrabando es la actividad ilícita que se ejerce en el país para evadir impuestos, mediante la importación y exportación de mercancías ya sea por las diferentes aduanas del territorio nacional o por puntos clandestinos donde no se debe transportar mercancías sujetas a impuestos aduaneros”.
La Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (TRACIT, por sus siglas en inglés), considera que el comercio ilícito crea una enorme pérdida para las economías nacionales, ya que desplaza miles de millones de dólares en actividades económicas legítimas y favorecen una “economía clandestina” que priva a los gobiernos de ingresos por servicios públicos vitales e impone mayores cargas a los contribuyentes, además de desplazar cientos de miles de empleos legítimos.
En ese sentido se requiere de la Comisión Interinstitucional Anti Contrabando, la cual fue aprobada en 2010, pero que ha dejado de ser usada como el mecanismo de cooperación pública/privada para atacar el contrabando.
“El establecer una Comisión Interinstitucional de Combate al Contrabando y Comercio Ilícito es fundamental para el país, ya que permitirá acciones coordinadas entre los diferentes actores tanto públicos como privados para combatir este flagelo. El comercio ilícito genera una gran cantidad de problemas al país, que van desde la puesta en riesgo de la salud de la ciudadanía por el consumo de productos de procedencia desconocida”, afirmó el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Industriales de Honduras (ANDI), Fernando García.
