El general retirado Otto Pérez Molina, del derechista Partido Patriota ((PP), eligió un barrio popular del oeste de la capital, en donde se congregaron unos 5.000 seguidores de su agrupación.
El candidato, que ofrece gobernar con «mano dura», llegó con un retraso de más de dos horas a la cita, pero sus simpatizantes aguardaron con calma, entretenidos por un grupo musical que les hizo bailar y corear, al ritmo de cumbia y merengue, las canciones que han identificado la propaganda de PP durante los últimos cuatro meses.
Pérez Molina estuvo acompañado de los candidatos a diputados y alcaldes de los municipios de Guatemala, y en un discurso encendido aseguró que «con cárter y decisión», terminará en los primeros seis meses de su gobierno con la inseguridad que agobia a los guatemaltecos.
El militar retirado aseguró que «el próximo domingo vamos a ganar con amplia mayoría», para la que instó a los guatemaltecos a «acudir desde temprano a las urnas y marcar todos los puños que vean en las papeletas».
Un puño derecho alzado, es el símbolo que identifica al PP, agrupación creada en 2000 por Pérez Molina, el cual está integrado por varios antiguos militares y políticos de derecha.
Los simpatizantes de Pérez Molina fueron llevados en decenas de autobuses arrendados por el partido, desde diferentes municipios del departamento de Guatemala, para estar presente en la última actividad pública previo a las votaciones del próximo domingo.
Al mismo tiempo, pero en el Parque de la Industria, al sur de la capital guatemalteca, el socialdemócrata Álvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), hacia lo propio frente a unos 7.000 seguidores que también fueron llevados en autobuses arrendados por su partido para estar presentes en la actividad.
En su discurso, Colom fue más agresivo que su contrincante al señalar que el próximo domingo los guatemaltecos no elegirán simplemente a su próximo presidente, sino que, con su voto, decidirán «sobre el enfrentamiento histórico» de este país centroamericano.
«Decidirán sobre lo que representa cada candidato. El que representa el pasado (Otto Pérez) y el que representa la esperanza», precisó seguido de una fuerte ovación de sus simpatizantes.
Colom, un ingeniero industrial que busca la presidencia de Guatemala por tercera ocasión consecutiva, también retó a Pérez Molina a enfrentarse en un foro sobre seguridad, en el cual, aseguró, «quedará claro que no es con mano dura como se resuelven los problemas del país».
Más agresivo, Manuel Baldizon, quien busca a reelegirse como diputado por la UNE, señaló que durante los años más cruentos de la guerra interna que padeció Guatemala entre 1960 y 1996, «mientras Colom generaba empleo, el otro señor (Pérez Molina) se dedicaba a asesinar a nuestros paisanos en el campo».
Estas fueron las últimas activistas proselitistas de Pérez Molina y Colom, que lideran las encuestas de opinión publicadas por la prensa local, antes de que inicie, mañana al medio día, la prohibición de realizar propaganda política.
La legislación guatemalteca ordena que cesen la actividad proselitista 36 horas antes de la apertura de los colegios electorales, para que los ciudadanos tenga tiempo para meditar su voto.
En las votaciones del próximo domingo, los guatemaltecos, además de presidente y vicepresidente, también elegirán a 158 diputados al Parlamento y 332 alcaldes municipales.
En caso de que ninguno de los candidatos presidenciales logren a su favor el 50 por ciento más uno de los votos válidos, será necesaria una segunda ronda electoral, entre los dos candidatos más votados, la cual está programada para el próximo 4 de noviembre.
Según los pronósticos, la segunda ronda electoral será disputada entre Pérez Molina y Colom.
