Colom dijo en una entrevista con Efe que esos supuestos desestabilizadores, entre los que identificó al magnate Dionisio Gutiérrez, ex militares y «politiqueros», tienen como objetivo que acabe «haciendo un mal gobierno», y evitar una candidatura «que pudiera amenazar con la continuidad» de su Administración.
El mandatario precisó que se trata de una estrategia para impedir la posible candidatura presidencial de su esposa, Sandra Torres, que, aseguró, aún «no se ha decidido» y sólo en su momento «decidirá el partido», el socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
«La campaña empieza en mayo, y no hay por qué adelantarla. Eso podría estar preocupando a algunos sectores políticos, pero eso es problema de ellos, no es problema del Gobierno», subrayó Colom.
La prioridad de su Administración, «que debería ser de todo el país», dijo, es atender a los afectados por las tragedias naturales provocadas por la erupción del volcán Pacaya, y la tormenta tropical «Agatha», que azotaron Guatemala a finales de mayo y primeros de junio.
Sin embargo, lamentó el gobernante, desde hace varias semanas «se ha ido creando un ambiente de desinformación», que se ha fortalecido con «expresiones que rayan en la irresponsabilidad, en la falta de respeto, en la mentira».
Colom señaló como uno de los promotores de esa situación a Gutiérrez, un magnate con intereses empresariales en más de doce países y conductor del programa Libre Encuentro, que se difunde en la televisión local.
En su programa del pasado domingo, indicó el presidente, Gutiérrez «dijo que el Gobierno no hacía nada», algo que, en su opinión, es «una declaratoria de guerra a un Gobierno que ha superado crisis permanentemente».
«Tal vez no hemos hecho nada para que ganen más plata ellos», pero las crisis han sido superadas «y bien», anotó.
«¿Qué pretenden?, si encima de la crisis financiera del año pasado y de las crisis climatológicas que hemos tenido, la economía de Guatemala creció. Asegurar que no hemos crecido es una infamia», añadió.
«No es solo Dionisio» el que participa de estos planes, «ni creo que él los dirija directamente», señaló, al acusar a otros columnistas de prensa, que no identificó, de divulgar «informaciones falsas» con el objetivo de generar desestabilización, y de «acusar a diestra y siniestra en base a mentiras».
«Estoy hablando de una acusación a mi esposa, de que participó en la guerrilla. Eso es una falsedad que dan como un hecho», expresó.
Hay «personajes», indicó, «que jamás van a aceptar a este Gobierno» y «se montan fácilmente» en cualquier situación adversa para ganar protagonismo y nadie les dice nada».
El jefe de Estado también denunció que hay «una amenaza directa a la Presidencia» por apoyar a la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig) y al Ministerio Público.
Esa amenaza, precisó, proviene de círculos de «ex militares» vinculados en el pasado a los aparatos de Inteligencia del Ejército, así como de grupos vinculados al crimen organizado y «politiqueros».
Estos grupos, aseguró, «están preocupados» por los resultados de las investigaciones de la Cicig, pero, dijo, «a eso vino la Cicig, a afrontar la impunidad», y eso «generará olas en contra».
Acusó a personas «que manejaron Inteligencia Militar durante la guerra» (1960-1996) de generar rumores «hasta que los convierten en verdad» y aseguró que sus opositores «están esperando que cometa un error» para que así deje el poder.
«Pero no me voy a ir, no les voy a dar gusto», dijo, al asegurar que «hay muchísima gente que apoya al Gobierno».
Descartó la participación del Ejército en una conspiración en su contra, porque, señaló, mantiene «muy buenas» relaciones con el alto mando «producto de varios cambios en su cúpula».
El alto mando castrense «sabe que las mentiras que publican son mentiras, y hasta se ríen de ellas, y me dicen que no les ponga atención», subrayó.
Hasta el momento, indicó, «nadie ha tocado las puertas del Ejército» para fraguar un golpe de Estado, pero si esto ocurriera, «no creo que tengan eco», anotó.