Vilma Morales, presidenta de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), informó al Congreso Nacional de la situación interna del banco y por qué solicitaron su capitalización a favor de un grupo de cooperativas, y apartar a la administración anterior del control de la misma.
La situación del Bantrab continúa en el tapete de la discusión pública, pero más centrado en la parte política, a pesar que desde hace casi ocho meses es administrado por la Federación de Asociaciones de Cooperativas de Ahorro y Crédito de Honduras (Facach).
La crisis continúa porque la dirigencia sindical que administró el banco desde su fundación se niega a perder su control, a pesar de haber llevado a la institución virtualmente a la insolvencia.
El informe de Morales a los legisladores establece que a noviembre del 2010 el banco registraba 3,122 millones de lempiras en activos, pero cargaba con pasivos de 3,195 millones de lempiras para un saldo negativo de 73 millones de lempiras.
El informe de la CNBS destaca que la capitalización del banco se evaporó al concederse créditos por 378 millones de lempiras a personas y empresas inexistentes o bien con escasa posibilidad de pago, suma que representó el 99 por ciento de su capital.
A ello se agrega que la morosidad del banco era de 25.2 por ciento, contrario al promedio del sistema que es de 4.3 por ciento.
Demandas
Pero dirigentes anteriores del Banco de los Trabajadores, como la dirigente sindical Micaela Durón, destacan que fueron expropiados, ya que los 150,000 accionistas no recibieron compensación alguna.
Igualmente otros directivos cesados que pertenecen a la Federación Sindical de Trabajadores Nacionales de Honduras (Fesitranh) o de sindicatos bases han cuestionado la decisión de la CNBS y han optado por la vía judicial.
Pero los directivos anteriores que reclaman que les devuelvan la propiedad del banco no comentan el desastre financiero de la institución, ni cuáles serían los mecanismos para resolver la crisis sin llegar a la quiebra del mismo.
La situación del banco se palió con la capitalización hecha por FACACH por 300 millones de lempiras y el Fondo de Seguro de Deposito (Fosede) que colocó 219 millones de lempiras, los cuales deben ser devueltos.
La FACACH tiene una cultura financiera de la que carecen los líderes sindicales y ya son regulados por la CNBS a través de su compañía de seguros Equidad.
Pero igualmente las cooperativas, como los sindicatos, tienen disputas de control de las mismas, que se dilucidan en las asambleas de socios.