«Lo que puedo decir es que ciertamente estamos utilizando todas las herramientas legislativas que tenemos y todos los recursos de los que disponemos para solucionar el problema», añadió.
Chertoff lamentó además el fracaso en el Senado de la reforma migratoria, que contaba con el apoyo del presidente de EEUU, George W. Bush, pero que sucumbió ante la oposición en la Cámara Alta de los republicanos más conservadores y de algunos demócratas.
El secretario de seguridad aludió también durante su discurso a la ley de un Documento de Identificación Real de 2005 («Real ID Act»), que supondría la expedición de documentos nacionales de identidad, tales como licencias de conducir.
Esta medida además exigiría la interconexión a nivel federal de las bases de datos que recogen registros de todos los estados del país.
La ley, rodeada de polémica, cuenta con la oposición de Georgia, Maine, Montana, Nuevo México, Vermont, Washington y Wyoming.
Chertoff consideró que la puesta en marcha de esta medida no es una obligación para los estados.
Sin embargo, dijo que si éstos no cumplen con el plazo establecido por el Gobierno, que se extendió hasta diciembre de 2009, los estados que se opongan no pueden esperar que estos documentos tengan validez federal.
Según el calendario marcado por el Gobierno, se espera que todos los ciudadanos estadounidenses cuenten con estos documentos nacionales de identidad para 2013.
La Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, que se reúne esta semana en Boston, analizó también el hecho de que los estados hayan considerado este año cerca de dos veces y media más iniciativas sobre inmigración que en 2006.
Los datos revelaron que el número de propuestas que se han convertido en ley duplica las 84 nuevas normas promulgadas el año anterior, según la Conferencia.
El informe precisó que en total se han propuesto 1.404 legislaciones sobre inmigración en los 50 estados del país, de las cuales 170 se han aprobado en 41 estados distintos.