Tegucigalpa – El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto Herrera Cáceres, insistió que los que los centros penitenciarios tienen que estar siempre bajo el control y administración del Estado.
– Entre el 2011 y el 2014, los centros de privados de libertad fueron el escenario de diferentes hechos que dejaron como saldo alrededor de 470 muertos y más de un centenar de heridos.
Lamentó que hasta ahora se haya confiado la disciplina interna de los centros penales a los propios reclusos. Práctica que según, Herrera Cáceres, ha ocurrido en Honduras y en otros países, pero que no es lo normal, porque entonces nunca se va a poder llegar a los procesos de rehabilitación que se buscan.
Los centros de privados de libertad en Honduras se han caracterizado por el hacinamiento, la inseguridad interna provocada por los incendios y las riñas entre los privados de libertad, situación que deriva en lesiones y muertes.
Además, por la carencia de los medios de rehabilitación, el desentendimiento del Estado sobre su responsabilidad con los privados de libertad, la introducción de armas, drogas y licores, fugas y un régimen disciplinario en manos de algunos internos, que ha provocado enfrentamientos y muerte entre los reclusos en diferentes centros penales.
Entre el 2011 y el 2014, los centros de privados de libertad fueron el escenario de diferentes hechos que dejaron como saldo alrededor de 470 muertos y más de un centenar de heridos.
En los diferentes operativos realizados por las autoridades en las celdas es común que encuentren armas de todo calibre, machetes, bebidas alcohólicas, teléfonos celulares, y diferentes tipos de droga.
El 27 de abril de 2012, la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en Costa Rica declaró al Estado de Honduras responsable por la muerte de 107 internos privados de libertad, con motivo del incendio ocurrido el 17 de mayo de 2004 en la bartolina o celda No. 19 del Centro Penal de San Pedro Sula.
El Defensor del Pueblo cuestionó que el régimen disciplinario en los centros de privados de libertad esté en manos de algunos internos, situación que ha provocado enfrentamientos en diferentes centros penales del país.
Los hechos demuestran, dijo Herrera Cáceres, que la mayor parte de los centros penales han estado bajo el control de los mismos privados de libertad, lo cual no es correcto.
“Esos centros están tomados por los mismos privados de libertad, en este sentido hay que recuperar la administración de esos centros para poder comenzar la reeducación de las personas y la vía de la reinserción social a través de la rehabilitación”, precisó.
Agregó que lo importante es que la persona que ha delinquido pueda rehabilitarse y participar nuevamente junto con su familia en una sociedad productiva y pacífica.
Herrera Cáceres, abogó por la necesidad de crear centros para su rehabilitación, abrir granjas avícolas y de otra naturaleza para que aprendan a trabajar y apliquen sus conocimientos.
En su criterio si se abren granjas avícolas o de cualquier otra índole, el objetivo es que los privados de libertad puedan estar allí no solo como alumnos pasivos sino que también participando en las labores.
Añadió que de ser necesario ellos también puedan hacer obras públicas conforme a las sentencias que tienen pero siempre recibiendo el trato humanitario que les corresponde.
Hasta el 2015, la población penitenciaria era de 16 mil 146 privados de libertad, de los cuales, 8 mil 392 del sexo masculino y 500 personas del sexo femenino, todos de nacionalidad hondureña, así como 104 extranjeros, estaban en calidad de procesados, cifra que representa alrededor del 56 % de la población privada de su libertad.
En esta radiografía de la situación de los centros penales se detalla que 6 mil 830 hombres y 238 mujeres al igual que 82 extranjeros de los cuales 14 son del sexo femenino, están condenados en las diferentes cárceles del país.
Se estima que en muchos centros penitenciarios la sobrepoblación supera en dos y hasta tres veces su capacidad por lo que el hacinamiento es uno de los principales problemas que afronta este sistema.
La situación de los centros penitenciarios poco ha cambiado y su problemática tiende a agudizarse, hasta ahora es del conocimiento público la mala gobernanza, así como la supuesta participación de privados de libertad en actividades como extorsiones y secuestros, entre otros.