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Centroamérica: Corrupción salpica una casta política post acuerdos de paz

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Tegucigalpa.- Los acuerdos de Esquipulas suscritos en 1987, que sentaron las bases para el fin de la guerra fría en Centroamérica y el inicio de una paz firme y duradera, trajeron consigo fuertes esperanzas de cambio, las elites políticas mostraban nuevos rostros acompañados de reformas que a la larga sucumbieron ante un fenómeno estructural en la subregión como es la corrupción.
 

Acuerdo-Esquipulas-
Los acuerdos de paz centroamericanos si bien permitieron que las guerras intestinas dieran paso a las elecciones para ratificar la democracia como la mejor forma de gobierno, no pudieron hacer que éstos aterrizaran en la solución de problemas ancestrales y estructurales como la pobreza, la salud, la educación, la vivienda, entre otros.
 
Mucho menos pudieron vacunar a los presidentes de los países del virus de la corrupción. Hoy una camada completa de generaciones políticas de la Centroamérica post acuerdos de paz, se encuentra en las rejas o prestas a ingresar formalmente una vez iniciados y concluidos algunos juicios.
 
Es una generación que se vendió ante los ojos del mundo como una élite política de cambio, pero resultó al final en una mutación inconclusa dañina para la sociedad y mezquina con lo que prometió transformar.
 
Una generación perdida
 
Esta generación, la segunda que gobernó la región después de los años noventa, a diferencia de sus antecesores, no pudo imprimir a Centroamérica ni la velocidad con que arrancó la fase pacifista de la integración centroamericana, ni mucho menos dar—en la democracia—más calidad a la democracia, como es el anhelo de los centroamericanos.
 
Los centroamericanos, según los sondeos de Naciones Unidas, son proclives a la democracia como la mejor forma y sistema de gobierno, pero quieren más y más democracia, llena de calidad y de oportunidades de cambio y reformas que ello implica.
 
Cambios que una generación de presidentes interpretó a su manera: buscaron la manera de enriquecer sus bolsillos, y hoy, unos están presos, otros fueron liberados y otros más aguardan en las bartolinas el juicio correspondiente por corrupción.
 
Pero en medio de la fragilidad institucional que caracteriza a la democracia centroamericana, la justicia parece sacudirse de su letargo para asestar golpes de impacto más allá de lo mediático. La corrupción empieza a ser castigada en la figura de personajes de alto nivel como los ex presidentes.
 
Así, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica son países que empiezan a dar señales de castigo a una casta de ex presidenciables a quienes la ambición los traicionó. Honduras y Panamá, son al parecer la excepción a la regla.
 
Honduras no pudo probar nada    
 
CallejasEn Honduras, el ex presidente Rafael Callejas ha sido el único ex gobernante que fue acusado en los tribunales por presuntos casos de corrupción, de los cuales logró salir avante entrado el nuevo milenio al obtener 17 cartas de libertad y sobreseimiento definitivo. La justicia hondureña lo consideró inocente.
 
Luego, el ex presidente, Manuel Zelaya, quiso ser llevado a los tribunales por presuntos hechos corruptos en su administración, pero una amnistía y la suscripción del Acuerdo de Cartagena que garantizó su retorno al país, le exoneró de cualquier tipo de acusación al aducir actos de persecución política.
 
La suerte de Zelaya, no la tuvieron en Costa Rica los ex presidentes Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez, a quienes la justicia condenó por hechos de peculado y de corrupción.
 
El primero en ser llevado a los tribunales fue el ex presidente Rafael Ángel Calderón, condenado por recibir comisiones ilegales de una empresa finlandesa en la compra de 40 millones de dólares en equipo médico por parte de la Caja Costarricense del Seguro Social, que administra los hospitales públicos.
 

Costa Rica inicia limpieza
 
Calderón fue condenado a tres años de cárcel por la figura de “peculado”, pero no fue a la misma, al quedar en libertad vigilada. Calderón estuvo preso cinco meses en el  2004 cuando estalló el escándalo, luego se defendió en libertad. Originalmente la sentencia condenatoria había sido de cinco años en el 2009, pero la Suprema Corte redujo la pena a tres años en el 2011.
 
A la condena del ex presidente Calderón de Costa Rica, se vino otra en contra del también ex gobernante tico y entonces Secretario General de la OEA, Miguel Ángel Rodríguez, condenado a cinco años por el delito de corrupción pública agravada en la licitación pública para la telefonía celular, otorgada a la firma Alcatel durante su mandato de 1998-2002.
 
Rodríguez fue así el segundo gobernante costarricense en tener su encuentro con la justicia y tras ser condenado, fue inhabilitado también para ejercer cualquier puesto en la función pública por un período de 12 años según la sentencia.
 
A Rodríguez se le acusa de haber recibido un soborno de dos millones de dólares por parte de Alcatel para asegurar la licitación.

 

Nicaragua condena a Alemán
 
Arnoldo-AlemanSiguiendo el ejemplo de Costa Rica, en el 2003 la justicia nicaragüense condenó a  20 años de cárcel al ex presidente Arnoldo Alemán por el delito de corrupción. Fue llevado a la cárcel en medio de una fuerte polémica y luego se le ordenó arresto domiciliario hasta que cumpliera su condena.
 
Fue condenado por lavado de dinero, fraude, malversación de caudales, peculado, entre otros delitos. En el 2005, la justicia le otorgó su libertad condicional y cuatro años después, en el 2009, la libertad total o sobreseimiento definitivo.
 
En tanto, Guatemala siguió a la racha de ex presidentes condenados por corrupción. En mayo de 2013, el ex presidente Alfonso Portillo fue extraditado a Estados Unidos, donde era reclamado por el delito de lavado de dinero.
 
Guatemala extradita a Portillo
 
PortilloLa extradición de Portillo se produjo luego de agrios debates internos hasta que finalmente la justicia autorizó su extradición a Estados Unidos. Un tribunal le impuso una pena de 70 meses de cárcel. Él se declaró culpable de haber recibido sobornos del gobierno de Taiwán.
 
Portillo probablemente retornará a Guatemala en el 2015,  luego de negociaciones con la fiscalía, trascendió. Su caso se considera inédito por ser el primer ex presidente que es entregado por su propio país a otro Estado.
 
Finalmente, el último escándalo que sacude a esa casta de políticos y ex mandatarios, es el ex mandatario salvadoreño, Francisco Flores, quien aguarda en prisión preventiva mientras se le inicia un juicio por corrupción, tras afirmarse que aceptó millonarios sobornos durante su mandato del gobierno de Taiwán, cuyos fondos fueron desviados a arcas presuntamente particulares.
 
Justicia salvadoreña tras Flores
 
FloresFrancisco Flores es acusado de enriquecimiento ilícito y es el primer ex gobernante salvadoreño que será enjuiciado por este delito. La historia salvadoreña registra otros tres casos de ex gobernantes en medio siglo, pero ninguno fue encarcelado, llevado a juicio ni mucho menos condenado.
 
En Panamá, la ex presidenta, Mireya Moscoso se vio envuelta también en denuncias de presunta corrupción, pero nada le fue probado y no hubo ninguna acusación formal en su contra.
 
De esta suerte, una casta de políticos que se presumía representaba un cambio de piel en la política centroamericana se encuentra hoy en el ocaso de una racha que se espera sea el principio del fin de la impunidad en Centroamérica.
 
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