Tegucigalpa – Pasada la resaca de diciembre, cuando los hondureños gastaron su aguinaldo, el salario y hasta algunos ahorros en comprar ropa, zapatos, fiestas, comidas de la temporada, bebidas, enseres, menaje y entretenimiento, entre otros, para muchos, las casas de empeño representan una opción para sostener la pesada carga de enero.
– A los hondureños les espera un enero particularmente difícil con la entrada en vigencia del paquete de medidas fiscales.
– En enero, la población tiene que afrontar otros gastos adicionales como el pago de la matrícula escolar, compra de uniformes y útiles escolares, entre otros.
– La variedad de productos que se aceptan en las casas de empeño, se amplía especialmente con las innovaciones tecnológicas de punta como teléfonos de última generación y tabletas.
Y es que el inicio de 2014, parece ser uno de los más difíciles para los hondureños, al entrar en vigor un paquete de medidas fiscales a través de la Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y Medidas Antievasión, donde se eleva del 12 al 15 por ciento, el Impuesto Sobre Ventas (ISV), se gravan productos de consumo popular que estaban exentos de tributos y se impone una considerable tasa a la importación de los combustibles, entre otras medidas que mantienen en incertidumbre y hasta con temor a la ciudadanía, principalmente a los sectores de la clase media y baja.
“La cuesta de enero”
Inició el 2014 y enero es el mes en el que generalmente la población experimenta incrementos en diferentes servicios y este año no es la excepción, cuando ya se materializa un alza a la bolsa de cemento, se espera un incremento a las tarifas de electricidad y se anuncia un indetenible aumento en el valor del pasaje del transporte urbano e interurbano.
Asimismo, en enero, la población tiene que afrontar otros gastos, aparte de los comunes, que hay que saldar, como el pago de la matrícula escolar, compra de uniformes y útiles, entre otros.
Se estima que en esta temporada de inicio de año, tradicionalmente las personas pasan mayores dificultades económicas por los gastos hechos durante la Navidad, período que algunos denominan “la cuesta de enero”.
Frente a esa situación, muchas personas no encuentran otra salida que agenciarse recursos empeñando sus pertenencias, algunos recién adquiridos en diciembre, debido a que no pudieron controlar o racionalizar sus gastos en las fiestas navideñas y de fin de año.
Ofertas sugestivas
Y es que diversas frases colocadas en las casas de empeño y sus cercanías son invitaciones directas a subsanar, de manera fácil y rápida, los problemas económicos: «Compro oro», «vende tus joyas», “te prestamos por tu vehículo”, entre otras propuestas. Las hojas volates también comunican de las posibilidades de obtener dinero instantáneo.
De acuerdo al personal encargado una de las tantas casas de empeño ubicadas en Comayagüela, ciudad gemela con Tegucigalpa, a finales de enero y principios de febrero, es cuando se registra un incremento de personas que a cambio de dinero, dejan sus artículos en depósito, lo que solamente es comparado con lo que sucede para la temporada de la Semana Santa.
En esos negocios que ofrecen préstamos por artículos, aceptan televisores, juguetes, teléfonos celulares, computadoras, secadoras de pelo, cámaras fotográficas, taladros, equipos de sonido, teatros en casa y joyas de oro y plata, entre otros.
Los televisores y los teléfonos móviles, son los artículos que actualmente más empeñan los hondureños, según la empleada de la casa de empeños, quien prefirió el anonimato, cuando esos productos no son rescatados por sus dueños, son puestos a la venta, con mayor demanda por los teléfonos móviles.
Variedad de productos se amplía
Cada día la variedad de producto aceptados por los prestamistas se amplía con los artículos nuevos que salen al mercado, explicó la encargada de la tienda quien detalló que “ahora recibimos tabletas electrónicas, papeles de motocicletas y de vehículos, entre otros”.
Reveló que en los días de navidad, lo que se incrementó fue la venta de los artículos que no son regresados porque “es cuando la gente tiene dinero y recibe el aguinaldo, ahorita más bien vienen de empeñar lo que compraron en el llamado “viernes negro” (día de ofertas al estilo estadounidense), destacó en tono jocoso, la encargada de la casa de empeño.
Detalló que el plazo que el cliente tiene para efectuar el pago y retirar su artículo es de 60 días (dos meses), luego de ese tiempo se les da un mes de gracia y si no lo recupera, el artículo pasa a formar parte del conjunto de aparatos ofertados.
“Yo vine a empeñar el celular porque tenía una emergencia con mi familia, pero ahora estoy pagando porque no quiero perderlo, tanto que me costó”, manifestó a Proceso Digital, un joven que omitió su nombre, pero que destacó que “lo bueno es que me dan dos meses para pagar y así no se siente tanto”.
De las personas que hacen uso de una casa de empeños para cambiar sus prendar o artículos por dinero, sólo el 50 por ciento los recupera nuevamente, según lo estimado en la tienda.
Recomendaciones a tomar en cuenta

En cada uno de los lugares, se debe considerar cuánto acabaría pagando y el tiempo por ese compromiso.
Además, se debe tomar en cuenta que no siempre la tasa de interés más baja resulta ser la opción más barata, debido a que cada institución tiene su propia forma de calcular los intereses a pagar.
Algunos bancos que en su mayoría están en el negocio de las tarjetas de crédito, incrementan en este mes sus ofertas de extra financiamiento que excede el límite del valor otorgado en la tarjeta.
Instituciones bancarias explican que el mayor beneficio para el comercio es que se convierte en una opción extra de pago, que disminuye las cuentas por cobrar, elimina el riesgo crediticio, incrementa sus ventas y le permite recibir el pago en forma inmediata, como una venta de contado.
Cuando un tarjetahabiente requiera de este servicio, el comercio deberá comunicarse con el centro de autorizaciones para verificar si el tarjetahabiente aplica a transacciones con el extra financiamiento y realizar la transacción manual.
No obstante, se debe firmar un contrato y se debe comunicar con el centro de autorizaciones.