“La fidelidad es la que nos ayuda a vencer cualquier tentación. También cada uno de nosotros puede ser seducido por la ambición del poder, que es la tentación más fuerte del ser humano; es muy sutil, pero anida en el corazón y enturbia nuestra vida, enturbia la relaciones humanas y la misión de cada cristiano en el mundo”, dijo.
Agregó que es triste como las personas se ciegan con el poder y quiere utilizarlo para intereses personales.
Parafraseando las escrituras, Indicó que hay otros habitantes del desierto como los animales salvajes y las alimañas que son un complemento de Satanás y representan a todo aquel opresor, a toda injerencia personal que dificulta vivir la fidelidad con Dios. “En el desierto está eso mal”, apuntó.
El prelado hondureño recordó que el Papa Benedicto XVI, cuando comenzó su pontificado, señaló que hay muchos desiertos en el mundo y «no solo esos desiertos que estamos construyendo conscientemente con la destrucción de la naturaleza».
Resaltó que en Honduras dentro de pocos días va a comenzar un periodo tristísimo en el que se queman miles de hectáreas de bosque que van convirtiendo al país en un lugar cada vez más desértico.
“Por qué no somos capaces de decir basta: tenemos que hacer justicia con la naturaleza, se nos fue entregada como administradores conscientes y no abusadores del Poder”, afirmó el jefe de la iglesia católica.
Recordó que este es un mensaje que ha venido repitiendo desde hace treinta años, pero el mismo no se escucha: “no puede celebrar un cristiano una cuaresma digna y después ser destructor del bosque”, acotó.
A juicio del religioso, Honduras se ha convertido en desierto en donde cada quien busca utilizar el poder para su propio beneficio y no para la colectividad.