Tegucigalpa – El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez, clamó este Jueves Santo durante la atípica Misa crismal del inicio del triduo pascual, por la sanación de los enfermos de coronavirus.
La eucaristía se celebró en la basílica menor de Suyapa con la presencia solamente de unos cuantos representantes de la curia católica de la capital.
En medio de la situación que se vive en el mundo por la pandemia del coronavirus, el purpurado hondureño, recordó que este es un momento oportuno para pedir y tener más fe.
El religioso también se refirió a ese escenario donde Jesús tuvo su última cena con sus discípulos y ha dicho que el mismo Jesús, el mismo Dios, se ha postrado ante los enfermos como lo hizo en ese acto de humildad cuando lavó los pies a los apóstoles para también sanar a los enfermos por el coronavirus.
“También Él se arrodilla hoy ante los enfermos de este mundo, ante todos los enfermos del coronavirus, ante tantos que están llorando por haberse podido despedir de sus familiares que ya han fallecido”, apuntó.
Agregó que Pedro nos representa a todos, no lo entiende lo que significa el amor con mayúscula, no deja que Jesús se lo manifieste lavándole los pies; en resumen, no se deja amar.
“Por eso, necesitamos que Jesús toque nuestros pies, toque la base de la persona, toque lo fundamental, qué quiere decir, quiere decir que sin una experiencia de amor, no podemos vivir, necesitamos dejarnos amar por él, dejarnos alcanzar por su amor, en lo profundo de cada obra y de cada uno para ser nosotros lo mismo”, apuntó el también arzobispo de la arquidiócesis de Tegucigalpa.
El líder espiritual preguntó que por qué no dejamos que Jesús entre en nuestros corazones, “si seguimos con las mismas actitudes cómo podremos enfrentar una situación tan dura; dejemos hoy que Jesús toque nuestro corazón, abrámosle las puertas de nuestros hogares, de nuestras familias, de nuestros corazones”, insistió.
En medio de la situación y de tanta muerte por la pandemia del COVID-19, apuntó que también es necesario tener un momento de perdón y acercarse más a esa iglesia dentro de la comunidad.
También ha mencionado que nuestra oración debe ser tan grande como el mismo corazón de Jesús y ha reconocido la labor de los medios de comunicación, así como el personal sanitario que está en primera línea atendiendo a los pacientes con coronavirus.
Oración por los fieles difuntos
Más temprano, el cardenal junto a otros miembros del clero, participó en el acto ceremonial en la cripta de la basílica menor donde rogó a Dios por el eterno descanso de los sacerdotes que han fallecido y para que el Señor se digne a consolar a la familia diocesana y a los familiares que lloran la muerte de nuestros hermanos.
“Pidamos por este presbiterio de la Arquidiócesis de Tegucigalpa para que el ejemplo y el testimonio y el bien que hicieron estos hermanos nuestros se multiplique, especialmente en nuevas vocaciones, roguemos al Señor”, manifestó.
Pidió para que “nos fortalezcas en la fe y eleves nuestro espíritu hacia los bienes del cielo, Señor tu que te compadeces de quienes sabes que te pertenecen por su fe y sus buenas obras, te pedimos humildemente por tus hijos sacerdotes difuntos, por tu amor, y por la intersección de todos los santos dígnate concederles el perdón de sus pecados por Jesucristo nuestro Señor”.
Enseguida, el cardenal procedió a rociar las tumbas con agua bendita recordando el bautismo y pidiendo al Señor que siempre nos dé el agua que brota hasta la vida eterna.