Tegucigalpa – El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, condenó, durante la misa de Domingo de Ramos, el asesinato de la dirigente indígena Berta Cáceres y lamentó que en Honduras se mate por unas monedas.
– La feligresía católica conmemora este Domingo de Ramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén dando paso al inicio de la Semana Santa.
– “La mayoría de los hondureños somos de Cristo, no queremos el mal, ni la muerte, ni el crimen”, dijo Rodríguez.
Ante centenares de capitalinos que llegaron a las afueras de la Catedral Metropolitana, el líder de la Iglesia Católica ofició la misa de este día.
“Nadie puede quitarle la vida a otra persona, nadie debe levantar su mano para matar al hermano o hermana”, sermoneó para luego decir que existen muchos judas dispuestos a cometer crímenes por unas cuentas monedas.
“Como hemos sufrido y como seguimos sufriendo, parece que no va terminar esta muerte inútil, sicarios que por unas monedas así como Judas matan a otras personas”, meditó.
“Esta señora dirigente de los movimientos campesinos, asesinada vilmente como así tantísimos otros… ¿por qué? Si nadie tiene autorización para matar a nadie”, exclamó su eminencia.
Rodríguez reprobó los índices de violencia que imperan en el país y concluyó que esto se debe a que las personas que le quitan la vida a otra es porque no tiene a Dios en su corazón; “es necesario que en este tiempo se busque más a Jesús para hacerle frente a este mal que tanto afecta Honduras”.
Berta Cáceres fue asesinada el pasado 3 de marzo en su casa ubicada en la Residencial El Líbano en La Esperanza, Intibucá. De momento no hay detenidos por este crimen, pese a la avalancha de reclamos nacionales e internacionales por esclarecer este crimen.
En la continuación del acto litúrgico, Rodríguez preguntó: “¿Cuándo va a parar la violencia? Pídanle a Cristo que se acabe la muerte inútil en nuestro país”.
“El primer elemento de la liturgia de este Domingo de Ramos es la entrada solemne de Jesús en Jerusalén, nosotros la hemos conmemorado con esa procesión que con tanta fe han acompañado ustedes y con esa aclamación con las palmas benditas que recuerda aquello que hicieron los habitantes de Jerusalén con el señor Jesús”, mencionó en su mensaje.
Concluyó que es un pedido general que “Jesús entre en nuestra Tegucigalpa hoy también, que entre en nuestra Honduras, que entre en cada uno de nuestros corazones”.
