Tegucigalpa – Al menos tres supuestos distribuidores de droga han sido capturados en las últimas horas por las fuerzas del orden en distintos puntos de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
En ese sentido, en un sector de la capital hondureña, fue capturado por miembros de la Policía Militar del Orden Público, el joven Marco Tulio Alonzo Torres de 25 años de edad, originario de Tegucigalpa y residente en la colonia José Arturo Duarte de Comayagüela.
Alonzo Torres fue detenido en un operativo de rutina realizado por miembros del quinto batallón de la Policía Militar en la colonia José Ángel Ulloa, donde observaron al joven en una actitud sospechosa por lo que fue requerido para un registro personal encontrándole 26 bolsitas plásticas transparentes conteniendo supuesta marihuana y 180 lempiras producto de la venta del sicotrópico por lo que fue remitido a la Fiscalía de turno.
Asimismo, fue capturado el joven Rony Alejandro Salgado de 18 años de edad originario de Valle de Ángeles, a quien le decomisaron 28 bolsas de supuesta marihuana.
Miembros de la Policía Militar asignados a Valle de Ángeles, persiguieron al joven quien al percatarse de la presencia de los uniformados intentó darse a la fuga, pero no pudo conseguir ese objetivo y fue capturado.
Al momento de encontrarle la supuesta droga, Salgado arguyó que la droga era para su propio consumo, sin embargo, fue remitido a la Fiscalía de turno.
Mientras tanto, en Peña Blanca, Santa Cruz de Yojoa, Cortés, miembros de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), capturaron a Marvin Enrique Rivera de 33 años de edad y a Samuel Orellana de 27 años, ambos detenidos por el delito de posesión y tráfico de drogas.
A los detenidos se les sorprendió con al menos tres libras de marihuana, mientras viajaban a bordo de una mototaxi en la aldea Las Casitas de San Antonio, Cortés.
Los dos detenidos fueron arrestados en un operativo de rutina practicado por miembros de la Policía TIGRES de ese sector.
Al llegar a la primera estación de San Pedro Sula, Orellana argumentó que la droga la llevaba para un grupo de compañeros de trabajo de un ingenio azucarero localizado en Villanueva, Cortés.
Arguyó que la droga la compraron entre todos para agarrar un poquito cada uno ya que trabajan bajo los efectos del estupefaciente para rendir más en el corte y recolección de la caña de azúcar.