La Paz.- Bolivia vive una tensa calma a la espera de los resultados oficiales de las elecciones generales de este domingo, mientras un par de sondeos a boca de urna dan como ganador en primera vuelta al candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce.
Tras una jornada que se desarrolló en paz, con «civismo» y una alta participación de votantes, la incertidumbre se apoderó de los bolivianos que veían pasar las horas sin que el órgano electoral diera a conocer los resultados de las votaciones.
ARCE YA CELEBRA VICTORIA
Pasada la medianoche y ante la presión de políticos y ciudadanos, se conoció que la encuesta de Ciesmori para las cadenas de televisión Unitel y Bolivision da un 52,4 por ciento de los votos al exministro Arce, con lo que sería el ganador al tener más del 50 por ciento de votos.
A continuación quedaría Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana con el 31,5 por ciento, seguido de Luis Fernando Camacho de Creemos con el 14,1.
La encuesta de la iniciativa Tu Voto Cuenta difundida por la televisora Cadena A da un 53 por ciento de los votos al candidato del MAS, a Mesa 30,8 por ciento y a Camacho el 14,1.
Arce celebró en La Paz un triunfo que dio por seguro, mientras que Evo Morales lo hizo desde Argentina, cuando el recuento oficial de votos iba por poco más del 7 por ciento.
La presidenta interina del país, Jeanine Áñez, reconoció que aunque no es el cómputo oficial, la victoria de MAS se ve segura y felicitó a sus candidatos.
PEDIDOS DE PRUDENCIA
Ante la impaciencia por conocer los resultados, la presidenta interina pidió a los ciudadanos y partidos políticos tener «paciencia» y «madurez» para esperar los resultados oficiales.
Agradeció asimismo a los ciudadanos, las autoridades electorales y las fuerzas del orden por contribuir a que esta jornada fuera «un día de fiesta pacífica y democrática».
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, destacó que la jornada de votación concluyó de manera «pacífica y participativa», que era lo que necesitaba el país «para afianzar su democracia».
Tras el cierre de los puestos de votación, las autoridades desplegaron en todo el país un operativo militar y policial para garantizar la seguridad hasta que se conozcan los resultados oficiales.
LOS TEMORES SE DISPARAN
Los bolivianos aún tienen en su memoria el violento estallido social que se registró después de las polémicas elecciones de 2019, que desencadenaron la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, el 10 de noviembre denunciando que era obligado por un golpe de Estado, y dejaron al país con un vacío de poder, hasta que Jeanine Áñez asumió a los dos días el Gobierno de forma interina.
Situación que llevó a que días atrás cientos de bolivianos se abastecieran de comida y combustible ante el temor de una nueva crisis, pero rápidamente esa situación fue disipada por el mismo comportamiento de los votantes.
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) expresó su reconocimiento al «pueblo boliviano por la actitud cívica al acudir masiva y pacíficamente a ejercer su derecho al voto».
«En este contexto en el que el cómputo avanza con lentitud, reiteramos nuestro llamado para que, tanto la ciudadanía como los diferentes actores políticos, esperen con paciencia los datos oficiales. Los próximos días serán cruciales para el futuro de Bolivia», señaló.
En el mismo sentido, la delegación de la Unión Europa (UE) felicitó «al pueblo boliviano por haber protagonizado una jornada electoral participativa y en paz» e hizo un llamado a que se preserve la calma mientras se conocen los resultados, para evitar que se desvirtúe el proceso electoral.
Por contra, Morales desde Argentina expresó sus sospechas sobre «el levantamiento del Direpre a pocas horas del día de las elecciones» y luego de que «las empresas encuestadoras se niegan a publicar los resultados a boca de urna».
El TSE ya había anunciado que prescindía del sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre), para dar prioridad a la «certeza» del resultado sobre la «impaciencia» de conocer el recuento cuanto antes.
Precisamente en las elecciones de hace un año, el sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP), distinto al Direpre, fue cuestionado al permanecer casi un día sin emitir datos y reanudarse de repente con un resultado a favor del entonces presidente Evo Morales.
PRUDENCIA ENTRE LOS CANDIDATOS
Los candidatos a la Presidencia también actuaron de manera prudente y siguieron el desarrollo de la jornada en sus sedes de campaña, tras emitir sus respectivos votos en la mañana.
A las afueras de la sede del MAS en la ciudad de La Paz reinó el silencio, con su cúpula reunida en su interior mientras seguía el avance a cuentagotas del escrutinio y sin dejarse ver ante los cerca de ochenta periodistas que aguardaban un pronunciamiento de su candidato.
En horas de la mañana, el exministro Arce se mostró confiado en que su partido volverá al poder en Bolivia con una victoria en las urnas, frente a otros a los que acusó de haberlo tomado «por las armas».
El expresidente Mesa, por su parte, dijo que Bolivia vive un «momento fundamental» para poder salir de la crisis y señaló que no harían ningún pronunciamiento hasta no tener algún anuncio oficial.
Mientras que el exlíder cívico Luis Fernando Camacho, de Creemos, pidió desde la ciudad de Santa Cruz transparencia y «consolidar» el proceso democrático.
AGLOMERACIONES Y LARGAS FILAS
Desde que arrancó la jornada en los nueve departamentos del país, con algunos retrasos en las aperturas de algunas mesas, se reportaron largas filas en los recintos de votación por varias horas, principalmente por las medidas de bioseguridad por la pandemia, que hizo el procedimiento fuera un poco más lento.
Tras nueve horas, las mesas cerraron a las 17.00 hora local (21.00 GMT) y se dio inicio al recuento de los votos, pero sin embargo el TSE determinó que solo permanecerían abiertos aquellos centros de votación en los que aún había ciudadanos en fila, principalmente en sitios en los que hubo una presencia masiva de electores.
Unos 7,3 millones de bolivianos estaban habilitados para sufragar en el país, donde el voto es obligatorio, para decidir entre cinco candidaturas a presidente, vicepresidente, senadores y diputados.
(ir)