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California, una actriz secundaria en las elecciones de Estados Unidos

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Los Ángeles (EEUU) – Acostumbrada a brillar en los acontecimientos mediáticos de Estados Unidos con todos los focos apuntando a ella, California se resigna en las elecciones presidenciales a un discreto papel de reparto debido a su ADN de bastión inexpugnable e incontestable de los demócratas.

La lógica matemática invitaría a pensar que California, el estado más poblado de Estados Unidos, uno de los más ricos y el que más votos del colegio electoral reparte (55), debería ser un punto de máxima atención en una cita ante a las urnas.

Pero nada más lejos de la realidad (o del cálculo electoral).

La segura victoria de los demócratas en California hace que los expertos y analistas dejen al «estado dorado» de lado para centrarse en territorios bisagra, como Pensilvania, Michigan o Florida, que sí son fundamentales para adivinar el resultado final.

En esa mirada se cruzan pasado y presente: California no ha apostado por un republicano desde George H.W. Bush en 1988, y el pronóstico de las encuestas para 2020, según Real Clear Politics, da una ventaja muy sobrada a Joe Biden de entre 20 y 39 puntos.

Así que, sin emoción en cuanto al escrutinio, las conversaciones en California, el orgulloso eje de la resistencia anti-Trump en temas como la crisis climática o la inmigración, han girado en los días previos en torno a la posibilidad de disturbios por las elecciones.

CALMA Y CAUTELA

De San Diego a San Francisco pasando por Los Ángeles, California se ha preparado en los últimos días, con tablones en escaparates y tiendas blindadas, para unas eventuales protestas derivadas de la cita con las urnas.

En Los Ángeles, esta cautela no solo se debe a las movilizaciones (violentas solo en casos muy aislados) de Black Lives Matter en mayo y junio, puesto que la historia de la meca de Hollywood está marcada por gravísimos desórdenes como los de Rodney King en 1992 o los de Watts en 1965.

Como había avisado en los días previos, Beverly Hills amaneció este martes con su muy exclusiva calle de Rodeo Drive, sinónimo del lujo angelino e inmortalizada por Julia Roberts en «Pretty Woman» (1990), totalmente cortada al tráfico tanto en automóvil como a pie.

Pese a la muy limitada presencia de peatones y tráfico a primera hora de la mañana, el notable despliegue policial no permitió ninguna excepción: una mujer preguntó si podía cruzar al otro lado de la calle, pero un agente le indicó que tendría que dar la vuelta.

Sin llegar al extremo de Beverly Hills, el eje comercial de Third Street Promenade en Santa Mónica, a tiro de piedra de la famosa rueda de feria a orillas del Pacífico, se despertó también con tiendas cerradas, escaparates protegidos, muy poca gente por la zona.

En el arte de la precaución están los previsores y los que dejan todo para última hora, ya que un gimnasio de Santa Mónica apuraba hasta hoy mismo para colocar sus tablones.

Y algunas cafeterías aclaraban con carteles de «estamos abiertos» que los clientes eran bienvenidos a pesar de sus ventanas blindadas.

Fuera por la pandemia o por la votación, la situación en las calles de Los Ángeles durante la mañana electoral estaba tan calmada que en el prácticamente desierto Paseo de la Fama de Hollywood había casi más operarios instalando protecciones que turistas buscando estrellas por el suelo.

LA DIFERENCIA EN 2020

«¿Ha venido aquí para votar?».

Así daba la bienvenida este martes Ezequiel Aguilar, uno de los encargados en Los Ángeles de que las elecciones se celebren con absoluta normalidad.

Este latino trabajaba este martes en Grand Central Market, un mercado centenario de Downtown Los Angeles que se transformó (gentrificación mediante) en un punto indispensable para los hípster, y que, durante solo unos pocos días, también se ha convertido en un lugar de votación.

Sin filas ni aglomeraciones de ningún tipo y con instrucciones en hasta trece idiomas diferentes, Aguilar explicó a Efe cuál ha sido la clave de que por ahora todo vaya como la seda.

«El voto temprano ha marcado la diferencia», defendió en alusión a los más de 11 millones de californianos que ejercieron su derecho al voto en los días previos o por correo.

«Todo está tranquilo, no ha habido problemas», añadió.

Aguilar también destacó que unas 120 personas habían votado este martes hasta el mediodía en un Grand Central Market en el que, junto a los tacos o las pupusas, la estrella era hoy la pegatina de «yo voté».

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