Poco después de las 18.00, hora local (16.00 GMT), cuando el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, dijo en un mensaje por televisión que Mubarak había renunciado a su puesto y entregado el poder a las Fuerzas Armadas, gritos de felicidad resonaron en toda la plaza.
Manifestaciones de alegría, cánticos y el agitar de banderas son las notas predominantes en Tahrir, epicentro de las protestas públicas contra el régimen de Mubarak, quien estuvo en el poder desde 1981.
Los manifestantes se dan la enhorabuena, bailan en corros e incluso lloran de emoción ante este momento histórico.
«Hoy comienza una nueva República. Soy feliz», aseguró a Efe en la plaza Tahrir el joven Mustafa Aid, quien celebraba junto a decenas de miles de sus compatriotas la caída de Mubarak.
A pesar de lo conseguido, Aid indicó que «la gente se quedará aquí por lo menos hoy y mañana para celebrar y para garantizar que el Ejército comienza una transición democrática».
La concentración en Tahrir se prevé masiva, pues la plaza ya está abarrotada y son miles las personas que se dirigen en estos momentos hacia allí andando, corriendo o en coche, sin dejar de gritar y de tocar las bocinas de los vehículos.
«El pueblo ya ha hecho caer al régimen», «El pueblo y el Ejército son uno», eran algunos de los lemas más coreados por la muchedumbre que trataba de acceder a la plaza.
Más temprano
El Cairo – El presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha renunciado a su puesto y entrega el poder a las Fuerzas Armadas.
El vicepresidente Omar Suleimán en una declaración por la televisión pública, dijo que la decisión fue adoptada «por las difíciles circunstancias que atraviesa el país».
El anuncio fue recibido con gritos de júbilo en la plaza cairota de Tahrir, centro neurálgico de las protestas de las últimas semanas.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, se había trasladado más temprano a la localidad de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, según los informes de la prensa internacional.
Las fuentes dijeron que el gobernante viajó allí en un helicóptero militar que despegó de El Cairo poco antes de las oraciones del mediodía.
Según la edición digital del diario gubernamental Al Ahram, citando fuentes próximas a las Fuerzas Armadas, Mubarak se mantuvo en una base militar durante las últimas 48 horas para garantizar su seguridad.