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Biden gana las elecciones, pero Trump no reconoce su derrota electoral (Análisis)

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Biden gana las elecciones, pero Trump no reconoce su derrota electoral (Análisis)

Washington, (EEUU).-(Especial para “Proceso Digital”- Por Alberto García Marrder).

El exvicepresidente demócrata, Joe Biden, ha ganado las elecciones presidenciales de Estados Unidos y le esperan cuatro años muy difíciles.

La esperada victoria la logró con los 20 electores del Colegio Electoral que le dio hoy el estado de Pensilvania, con los que superaba la cifra mágica de los 270 para ganar la presidencia.

Biden, de 77 años, hereda un país dividido y acosado por una descontrolada pandemia del coronavirus que ha causado una galopante crisis económica.

Primero, tiene que convencer al actual presidente, Donald Trump, que reconozca su derrota electoral, después que este enviara ayer a sus abogados a impugnar los resultados por un supuesto fraude.

Biden llevaba una ventaja sobre Trump en cuatro estados pendientes de un conteo final y esperaba que se certificara pronto su más que segura victoria en: Arizona, Georgia, Nevada y Pensilvania.

Pero Biden ya estaba actuando, para enorme disgusto de Trump, como “presidente electo”, como lo calificaba Nancy Pelosi, la presidenta (”speaker”) de la Cámara de Representantes.

Y, lo más significativo, el Servicio Secreto había ya reforzado urgentemente la protección oficial de Biden.

En Arizona, Trump había reducido la ventaja que le llevaba Biden, pero no afectaría resultado final. Y hay que recordar que la cadena de televisión Fox News (la única que apoya ciegamente a Trump y es su favorita) ya había dado como ganador de ese estado a Biden, a pesar de la airada queja del presidente, en la madrugada del miércoles pasado.

En Georgia, un estado muy republicano y conservador, había sorprendido el repunte de Biden y posiblemente se hubiera llevado ese estado, a pesar de un obligado recuento.

En Nevada, la victoria era también más que segura.

En Estados Unidos, el votante no elige directamente al presidente. Son los 538 electores del Colegio Electoral y se necesitan 270 para llegar a la Casa Blanca.

Biden tenía esta mañana 253 electores (264 si se cuenta a Arizona) y Trump 213. Y en el voto popular, la ventaja suya es de 50.61 a un 47.73 por ciento.

Biden solo necesitaba ganar en Pensilvania (que tiene 20 votos) para superar los 270 decisivos y ganar la presidencia.

Ahora bien…¿Qué busca Trump impugnando, sin fundamento alguno, las elecciones en esos cuatro estados alegando un supuesto fraude electoral, sin mostrar pruebas?

Ganar tiempo. Que esas demandas judiciales pasen a los cuatro tribunales estatales y, eventualmente, al Tribunal Supremo federal en Washington, donde existe una nueva mayoría conservadora de seis a tres jueces. Y, precisamente, gracias a los nombramientos de Trump de tres nuevos jueces conservadores en apenas cuatro años.

Y pensando con malicia, Trump esperará que ese alto tribunal federal, ante una disputa electoral, le dé finalmente una victoria (por muy dudosa y controvertida que sea) para seguir cuatro años más en la Casa Blanca.

Tal como se la dieron al republicano George W. Bush (entonces gobernador de Texas) en el año 2000 en una ajustada disputa electoral en Florida, en perjuicio del exvicepresidente demócrata Al Gore.

Mientras Biden actúa como “presidente electo”, ¿que hace Trump, un supuesto perdedor resentido?

Según el diario ”The Washington Post” sigue encerrado en la Casa Blanca, gruñendo que le han robado las elecciones, dando órdenes a sus abogados y pidiendo a sus aliados que le ayuden a pagarlos.

Y rogando a sus aliados que le defiendan más y mejor en la prensa y televisión.

El periódico afirma que varios de los más cercanos asesores del presidente están tratando, “de una manera muy delicada para que no se enfade tanto”, de convencerlo que ha perdido las elecciones. Y de tratar de hacer una transición pacífica antes del 20 de enero, día de la toma de posesión del nuevo presidente.

Aunque Trump abandone, al fin, la Casa Blanca (y eso falta por verlo), lo más seguro es que seguirá quejándose, sin fundamento alguno, de que le robaron las elecciones. Flaco favor a la democracia americana.