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Biden crea expectación en un ansioso Triángulo Norte

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Tegucigalpa/Washington – Estados Unidos cambiará de guardia en la Casa Blanca en las próximas 48 horas y Centroamérica está expectante, ya que el timón de mando que asumirá Joe Biden impactará en la región en el crucial tema de la migración, así como en las políticas de seguridad, combate al narcotráfico, corrupción y el de la cooperación.

Biden, todo un veterano con casi 50 años de vida en Washington, y exvicepresidente durante la administración de Barack Obama, prometió un cambio en el enfoque de la dura política migratoria del todavía mandatario Donald Trump.

En los debates presidenciales, Biden atacó a Trump por la separación de niños de sus padres cuando eran detenidos por la Policía Fronteriza (US Border Patrol) y fueron colocados en jaulas, en sitios conocidos como heladeras.

El futuro mandatario estadounidense confirmó recientemente a líderes hispanos que en el primer día de su mandato firmará una propuesta de ley para enviarla al Congreso en la cual se legalice la situación migratoria de casi 11 millones de inmigrantes indocumentados.

La información fue revelada por el diario hispano La Opinión de Los Ángeles, que señala que el compromiso lo asumió Biden durante un encuentro telefónico la noche del pasado jueves con los líderes de organizaciones defensoras de los migrantes indocumentados.

El diario La Opinión, que basa su información en un reporte de la agencia AP, dijo que los líderes hispanos se mostraron sorprendidos por la iniciativa, ya que todavía tienen en su mente que Obama prometió lo mismo, pero solo envió la propuesta de la reforma migratoria hasta su segundo mandato, cuando ya había perdido el control del Senado, la Cámara Alta del Congreso estadounidense.

La comunidad hispana espera que Biden pueda hacer reformas que favorezcan a los migrantes ya que los demócratas controlan el Congreso de EEEUU.

Biden tendrá la oportunidad de impulsar su agenda legislativa, ya que las dos cámaras que conforman el Congreso, la Baja o Representantes y la Alta o el Senado, estarán bajo control de su partido Demócrata.

Pero Biden fue claro con los líderes hispanos en cuanto a que el juicio político a Donald Trump, incoado por la Cámara de Representantes, en el Senado retrasaría la discusión del proyecto en dicha cámara y que por lo tanto no podría aprobarse en los primeros 100 días, según asistentes a la reunión.

El proyecto de Biden abre camino a la legalización de casi 11 millones de inmigrantes y eventualmente en 8 años a la ciudadanización de estos.

Pero los primeros beneficiados serían los jóvenes que llegaron de niños a Estados Unidos, llevados por sus padres, y que se conocen como los “dreamers” y que actualmente están cobijados bajo el programa DACA que impulsó Obama.

Otros que serían favorecidos son los inmigrantes que se encuentran bajo el Programa de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), entre los cuales hay decenas de miles de hondureños.

Tanto los inmigrantes que están bajo DACA y el TPS recibirán la famosa “Green card” que es el permiso de residir legalmente en los Estados Unidos y recibe todas las garantías normales.

Triángulo norte

De Centroamérica, los países que conforman el llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) son los que más expectantes se encuentran, ya que han estado en el radar de la Casa Blanca los últimos años durante dos administraciones.

El tema migratorio y el narcotráfico han sido los que preocupan a los funcionarios estadounidenses, ya que una combinación de los mismos provoca las oleadas de inmigrantes que salen de Centroamérica con destino a Estados Unidos.

Esta semana partió una caravana de nueve mil migrantes hondureños con destino hacia Estados Unidos.

Justamente a dos días que asuma Biden, partió una caravana migratoria de Honduras y en dos bloques se internaron en Guatemala, donde unas 9 mil personas intentan llegar a la frontera con México, pero los efectivos de seguridad del país vecino han cargado contra ellos con el fin de neutralizar su paso.

Siendo el corredor natural entre los centros de producción en Sudamérica y el mercado de Estados Unidos, Centroamérica y en especial las naciones del Triángulo Norte han visto cómo la violencia se apodera de sus calles desatando un círculo de terror y migración.

A lo anterior se agrega que en los tres países operan maras y pandillas que desatan violencia y cobran extorsiones a los pequeños empresarios, lo que ha provocado la desaparición de decenas de miles de Mipymes y con ello de millones de empleos, agregando otro elemento más a la migración.

Se prevé que la administración de Biden continue con su compromiso de lucha contra el narcotráfico con el Triángulo Norte de Centroamérica.

Washington y los gobiernos de los tres países han ensayado varios esquemas que permitan combatir el narcotráfico, así como las maras y pandillas de manera que se reduzca la violencia y la desaparición de pequeños negocios, a la par que se promueve inversiones para generar desarrollo económico y prosperidad que generen los empleos necesarios que eviten las migraciones.

Durante su mandato como vicepresidente de Obama, Biden estuvo a cargo de impulsar el programa Alianza Para la Prosperidad (APP) en el Triángulo Norte y pidieron mil millones de dólares para su ejecución.

La iniciativa duró varios años, aunque la cantidad de fondos fue recortada en el Congreso, hasta que Obama dio paso a Trump.

América crece

La nueva administración, que buscó hacer tabla rasa con todo el legado de Obama, cambió la iniciativa Alianza para la Prosperidad por su proyecto América Crece, lanzada el 2018, y con la cual buscaba invertir hasta 12 mil millones de dólares en Centroamérica, durante cinco años.

El proyecto América Crece buscaba combinar ayuda financiera gubernamental con inversiones del sector privado estadounidense en Centroamérica y algunas naciones de Sudamérica.


En el caso de Honduras y Guatemala, se ayudaría a financiar 1 mil millones de dólares a cada nación, para lo cual la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC, por sus siglas en inglés), comprometió canalizar dichos recursos a los dos países.

En el caso hondureño, el todavía secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo tuiteó que los recursos servirían para apoyar el sector salud, infraestructura crítica y financiar las pequeñas empresas.

Cambios

Con la llegada de Biden a la Casa Blanca se está a la espera si habrá nuevos cambios en Washington y si los tres países centroamericanos deberán adaptarse a la permanente mutación de Washington.

Lo poco que se sabe del programa de Biden es que se enfocarán en combatir la corrupción en Centroamérica, así como el narcotráfico y que buscarán fortalecer la institucionalidad de las tres naciones,

La representante Norma Torres, que se ha convertido en una portavoz oficiosa de la futura administración Biden, ha señalado que el énfasis de esta estará centrado en combatir la corrupción y atacar a las organizaciones de narcotraficantes y los apoyos que podrían tener en los sistemas gubernamentales.

Igualmente, Torres logró que en el proyecto de presupuesto se impidiera que Washington prestará ayuda militar a los ejércitos de los tres países del Triángulo Norte.

Justamente Estados Unidos ha hecho de las fuerzas armadas de los tres países del Triángulo Norte la punta de lanza en la lucha contra los grupos de narcotraficantes. (ag)

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