En un comunicado, el BID defendió que este proyecto contribuirá a fortalecer «la integración y la convivencia social» de las hasta 14 comunidades «vulnerables» en las que se implementará, al mejorar por una parte las condiciones de habitabilidad y, por otra, las relaciones comunitarias.
Se espera que alrededor de 14 mil personas puedan beneficiarse de las mejoras que se alcanzarán mediante estos proyectos, y verán cómo se modernizan sus «servicios básicos» como el acceso al agua potable, el alcantarillado y el drenaje pluvial.
Además, se mejorarán vías, plazas, parques e infraestructuras sociales básicas y se «apoyará y fomentará la organización comunitaria» con el objetivo de fortalecer los vínculos entre vecinos y su participación en la vida de la comunidad.
Según el BID, este programa aborda «problemáticas muy importantes» en Honduras como son el «déficit en infraestructura básica» y «los problemas sociales en la comunidad», por lo que se pretende impactar positivamente tanto en los «niveles de seguridad» de las zonas donde se implemente el proyecto como «en las condiciones socioeconómicas» de sus habitantes.
Del total de 17.2 millones de dólares que prestará el BID, 12.04 millones deberán devolverse en un plazo de 30 años con un período de gracia de cinco años y medio más, y los 5.16 restantes, antes de 40 años, período de gracia incluido.