Las escenas son desgarradoras.
Las familias lloran inconsolablemente sobre los féretros de sus parientes, los que vienen completamente sellados, con una leyenda que dice: “Dios es más grande que mis problemas”.
Los cuerpos fueron recibidos esta mañana en la Base Aérea “Hernán Acosta Mejía” de Tegucigalpa, hasta donde llegó el presidente, Porfirio Lobo, para expresar sus condolencias a los familiares de las víctimas, y ofrecer su apoyo.
Tras un oficio religioso, en el que se clamó por atender los problemas de pobreza en Honduras, las autoridades comenzaron a llamar a los familiares para entregarles los cuerpos sin vida de sus parientes.
Todas las víctimas de esta matanza son del interior del país.
Las autoridades disponen el traslado de las víctimas a sus lugares de origen, una vez que concluyan las actividades del Ministerio Público, que abrió una investigación de este caso.