San Salvador – Al menos cinco miembros de la pandilla Barrio 18 fueron asesinados este viernes en El Salvador durante un riña al interior de una cárcel en la zona oeste del país, informó un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC).
La fuente, que no identificó a los fallecidos, aseguró que las víctimas presentan «diferentes golpes y signos de asfixia».
Añadió que las autoridades de la Dirección General de Centros Penales (DGCP) inspeccionan la prisión de la localidad de Izalco donde se registró el «hecho violento» que se dio aparentemente, según el portavoz policial, por «una purga interna dentro de la misma pandilla».
Sostuvo que las autoridades de la prisión han decretado «estado de emergencia» y que «se ha informado a la Policía y Fiscalía» para que realicen las investigaciones.
Esta es la segunda riña al interior de una cárcel salvadoreña que se salda con varios muertos, dado que a inicios de marzo pasado fueron asesinados cuatro miembros de la referida pandilla en la cárcel de Quezaltepeque (oeste), también por una purga.
En agosto de 2015, en esta cárcel murieron 14 reos a raíz de una purga en la estructura criminal y el hallazgo de los fallecidos se produjo cuando los guardias de la prisión realizaban el encierro rutinario de los reclusos.
El entonces ministro de Seguridad, Benito Lara, confirmó en una conferencia de prensa que todas las víctimas fueron asesinadas mediante «estrangulamiento con ayuda de armas blancas».
Esta cárcel fue uno de los seis recintos en los que el país aplicó una serie de «medidas extraordinarias» de seguridad en abril de 2016, como parte de una ofensiva gubernamental contra las pandillas para recuperar el control de las prisiones.
En agosto de 2018, el Congreso salvadoreño aprobó una reforma legal con la que dichas medidas, que incluyen la suspensión de las visitas y el recrudecimiento del régimen de seguridad, se volvieron permanentes y se aplicaron en más cárceles.
El Gobierno atribuye a las «maras» los índices de violencia de entre 103 y 50,3 homicidios por cada 100.000 habitantes registrados entre 2015 y 2018, cifras que ponen al país como uno de los más violentos del mundo.