San Salvador.- El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, aseguró hoy que las capturas de cuatro militares involucrados en la matanza de seis jesuitas en 1989 no «atentan ni contradicen el espíritu de los Acuerdos de Paz», los cuales pusieron fin a 12 años de conflicto armado (1989-1992).
«Es la ley internacional la que está haciendo su trabajo, en conjunto con las autoridades salvadoreñas, por lo tanto estos acontecimientos no empañan lo pactado en los Acuerdos de Paz», manifestó el líder de la iglesia católica durante una conferencia de prensa.
Escobar señaló que «lo que le interesa a la iglesia es que opere la justicia y que se resuelva el caso apegado a derecho, por el bien de la sociedad»
Agregó que «las autoridades salvadoreñas deben de dar cumplimiento a los acuerdos internacionales que ha suscrito El Salvador».
El pasado 9 de febrero la opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) advirtió al Gobierno de El Salvador que «de continuar las capturas» de los militares involucrados, se puede «poner en riesgo los Acuerdos de Paz» y desencadenar un «conflicto social».
Los cuatro capturados por la Policía salvadoreña, el viernes 5 de febrero pasado, fueron el coronel Guillermo Alfredo Benavides, los sargentos Ramiro Ávalos Vargas y Tomás Zárpate Castillo y el cabo Ángel Pérez Vásquez, todos militares retirados, mientras que otros 12 continúas prófugos.
El involucrado número 17 es el exviceministro de Defensa Inocente Montano, quien aguarda en Estados Unidos a ser extraditado hacia España.
Todos han sido requeridos por el juez de la Audiencia Nacional de España Eloy Velasco, quien pidió al Ejecutivo del país ibérico que inicie el proceso de solicitud de extradición de los 4 capturados.
La noche del 16 de noviembre de 1989, un escuadrón del batallón elite Atlacatl del Ejército irrumpió en el campus de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) y asesinó a los españoles Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Armando López y Juan Ramón Moreno y al salvadoreño Joaquín López.
En el hecho, ocurrido en el marco de la guerra civil salvadoreña, también murieron la colaboradora de los religiosos Elba Julia Ramos y su hija Celina.
El mismo batallón perpetró la masacre de unos 1.000 campesinos salvadoreños en El Mozote, Morazán (nordeste), de acuerdo con un informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas en El Salvador publicado en 1993.
