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Artur Dron o cómo contar la guerra en verso: “mi poesía se hizo más afilada y más dura”

Lutsk (Ucrania) – A sus 24 años, Artur Dron es probablemente el poeta con más proyección en Ucrania en estos días, gracias, en gran parte, a su experiencia en el frente, donde combatió tras alistarse como voluntario en el primer año de la guerra, mientras escribía, según ha contado en una entrevista con EFE, los versos más auténticos que le habían salido nunca hasta entonces.

“Cuando la guerra empezó, dejé de escribir. La palabra me parecía algo inútil viendo las fotos de los niños muertos y las ciudades bombardeadas. Pensaba que lo único que tenía sentido era servir en el Ejército”, dijo Dron, un apellido poco común en Ucrania, que no tiene nada que ver con los vehículos no tripulados como el que lanzó la mina que le hirió en el brazo y otras partes del cuerpo, obligándole a retirarse en 2024.

Las cosas cambiaron un día, cuando ya había sido desplegado en la zona de combate.

“Volví a escribir, pero todo cambió. Mi poesía se hizo más corta, más afilada y más dura”, contó a EFE después de participar en uno de los paneles más aclamados por el público en la quinta edición del Festival de Literatura Frontera, celebrada el pasado fin de semana en la ciudad ucraniana de Lutsk.

“En situaciones peligrosas, en las que se está cerca de la muerte, todo lo que no tiene el nivel más alto de importancia queda descartado y sólo queda lo más importante, lo más serio; esto tiene influencia en el lenguaje de la poesía”, señaló Dron.

Traducciones fuera de Ucrania

Los versos de Dron han sido traducidos al inglés en el volumen ‘We were here’. El joven exsoldado espera que vean la luz también en muchas otras lenguas y expresó a EFE su interés en tener también pronto lectores en español.

Más que lo que ocurre en el campo de batalla y en las trincheras, la poesía de Dron refleja lo que pasa por la cabeza de los hombres que hacen la guerra. O más concretamente, como subraya Dron, de quienes se han visto obligados a hacerla.

“Pienso que para cualquier persona normal de España o Portugal las noticias de la guerra se han convertido en una rutina, en una estadística. Pero cuando un europeo lee poesía de un soldado ucraniano puede sentir algo más profundo e identificarse con nosotros, porque las Fuerzas Armadas ucranianas no son como las de otros países”, dijo el joven poeta.

Dron destacó que el ucraniano es en gran medida un Ejército literalmente popular, cuya base no son los soldados profesionales como en la mayoría de lugares del mundo.

“El soldado ucraniano es alguien como esta persona europea. Un oficinista, un maestro, un estudiante que un día tiene que tomar las armas. Esto es algo difícil de entender en las noticias, pero que puede comprenderse bien con la poesía”, señaló.

‘Caen los soldados, los niños crecen’

Creyente e integrante de la Iglesia greco-católica, popular en la parte occidental de Ucrania, Dron reflexiona en sus poemas sobre temas capitales de la guerra como la muerte, el miedo y la esperanza o el impacto en las familias de un conflicto impuesto a los ucranianos por un vecino superior en tamaño y fuerza con vocación de dominación.

A menudo lo hace desde una perspectiva marcada por su infancia, como en este poema breve que parte de uno de los temas que dominaron la vida de su comunidad religiosa cuando Dron era pequeño: la visita a la ciudad ucraniana de Leópolis en 2001, cuando el futuro militar y poeta no había cumplido un año, del papa Juan Pablo II.

“En días pasados/ sin las complicaciones de hoy/ Juan Pablo II dijo en Leópolis,/ ’Cae la lluvia, los niños crecen’./ Su santidad Juan Pablo,/ yo crecí bajo esa lluvia./ Pero este invierno es tan duro/ y el precio a pagar tan alto/ que sólo caen la nieve/ y los soldados./ Caen los soldados, los niños crecen/ Caen los soldados, los niños crecen.” EFE

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