La escuadra de la Flota del Mar del Norte rusa integrada por la fragata cazasubmarinos «Almirante Chabanenko» y dos buques de apoyo arribó a la costa sur del Caribe de Nicaragua, donde fue recibido por el embajador de Moscú en Managua, Igor Kondrashev, y el jefe de la Fuerza Naval nicaragüense, Juan Santiago Estrada.
El destructor «Chabanenko» y los buques de apoyo «Iván Bubnov» y «SB-406», con una tripulación total de 650 hombres, llegaron esta tarde a Nicaragua procedentes de Panamá, donde repostaron tras participar a principios del mes en unas maniobras antiterroristas conjuntas con la Armada venezolana.
Las tres naves atracaron nueve millas al este del puerto El Bluff, en la Región Autónoma del Atlántico Sur, donde permanecerán hasta el próximo lunes.
El diplomático ruso y el jefe militar nicaragüense informaron a la prensa local de que mañana está prevista la visita del presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega, a esa zona del país, para dar la bienvenida a la escuadra naval rusa.
El embajador Kondrashev dijo que la flota participará en una misión «amistosa» en Nicaragua y otorgarán ayuda humanitaria en comunidades del Caribe sur de este país.
Horas antes de la llegada de las naves rusas, el bloque opositor en el Parlamento de Nicaragua solicitó a Moscú que las mantuviese en aguas internacionales hasta que el Congreso ratifique el permiso de ingreso al país, como manda la Constitución.
La petición fue presentada por escrito ante la Embajada rusa en Managua por cuatro de los siete directivos de la Asamblea Legislativa y tres jefes de bancada de oposición, señaló a Efe el diputado Javier Vallejo, tercer secretario del Parlamento nicaragüense, que suspendió sesiones hace más de un mes.
«Mucho apreciaríamos que, en aras del respeto a la soberanía territorial de Nicaragua y de las estrechas relaciones de amistad y relación que unen a nuestros pueblos, las referidas naves militares permanezcan en aguas internacionales», demandaron los legisladores en la carta dirigida al embajador ruso.
El bloque opositor parlamentario argumentó que el ingreso de esa flota, solicitado por el presidente y publicado en la gaceta oficial del Estado el mes pasado, no fue ratificado por el Congreso, como establecen la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Legislativo.
Vallejo adelantó que en caso que los barcos rusos hubieran ingresado a aguas nicaragüenses se deberían retirar «al darse por enterado» su país de la violación territorial que estarían cometiendo.
Rusia, «dentro de los tratados internacionales, debe ser respetuoso de la soberanía nacional», señaló a la prensa, por su parte, el primer secretario del Parlamento, el liberal Wilfredo Navarro.
El ex ministro nicaragüense de Defensa Avil Ramírez apuntó a su vez a Efe que el ingreso de esos tres buques sin la autorización de la Asamblea Legislativa es una «violación» a la Constitución y a la soberanía nacional.
Ramírez, titular de Defensa durante la administración de Enrique Bolaños (2002-2007), sostuvo que «ningún buque, submarino, avión o contingente militar de ningún país extranjero puede entrar al territorio nacional sin autorización de la Asamblea Nacional».
«La Constitución en eso es muy clara. No hay nada que interpretar», enfatizó el ex funcionario.
El presidente Ortega aseguró anoche sobre el asunto que él cumplió con la Constitución al emitir el Decreto Ejecutivo 77-2008 que autoriza la entrada a Nicaragua de las embarcaciones rusas, publicado ya en el diario oficial.
Sin embargo, el decreto no pasó a la Asamblea Legislativa, como exige la Constitución, porque esta suspendió sus sesiones el mes pasado, a raíz los resultados de las pasadas elecciones municipales, que la oposición liberal considera fraudulentos.
Los liberales exigen en diversos foros un recuento de los votos y hasta una nueva consulta en algunos municipios, con la presencia de observadores internacionales, a pesar de que el Gobierno ya ha dado por bueno el cómputo oficial que le otorga el triunfo al sandinismo en la mayoría del país.