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Arranca sopor electoral con fuerte déficit democrático

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Como cada cuatro años, los hondureños son arrastrados nuevamente hacia el sopor de la política para elegir los relevos en cargos de elección popular, entre ellos la presidencia de la República, y si bien consideran que la democracia es el mejor sistema de gobierno, los niveles de confianza en las principales instituciones del Estado y del sistema político de partidos, siguen siendo bajos.

Desde el sábado 18 de enero, 10 movimientos políticos de las corrientes internas del tripartidismo que participarán en los comicios primarios e internos de marzo próximo, han desplegado sus baterías propagandísticas con encendidos discursos políticos, unos atizando la división y polarización social, otros abogando por campañas políticas sin violencia, estigmatización y odio como está pintando la víspera.

Todos empiezan sus promesas de lucha contra la corrupción, mejoras en la educación, salud, dicen que serán la mejor opción en materia de seguridad, entre otras ofertas electorales, con las cuales piensan entusiasmar a un electorado que se siente distante de la elite política porque ésta no logra conectar con sus necesidades.

La propaganda y publicidad entró en vigencia desde el sábado 18 de enero, 10 movimientos políticos de las corrientes internas del tripartidismo que participarán en los comicios primarios e internos de marzo próximo.

Los últimos datos del Latinobarómetro 2024 siguen siendo un espejo en el cual debería verse la élite política, económica y social del país, pues sigue dando señales de alerta sobre el estado de la democracia, la resiliencia de los países, y el avance del desgaste democrático.

De acuerdo con el informe, el apoyo de la democracia en Honduras creció cuatro puntos al pasar de 32 al 36%, y si bien el 54% de los hondureños estima que la democracia es el mejor sistema de gobierno, un 43% de los consultados le da lo mismo tener un régimen democrático que uno no democrático.

Los hondureños identifican a la economía, la seguridad, la corrupción/política, la educación, salud, y medio ambiente, entre los problemas más importantes del país, y al ahondar en ellos, el desempleo se lleva el primer lugar como el más importante en este momento.

Honduras que tiene la tasa de homicidios más alta de la región, por ejemplo, solo un 12% de su población declara la delincuencia como problema principal. Este es un mal indicador del problema real, y un muy bien indicador del miedo al respecto, destaca el Latinobarómetro. Es decir, el miedo se ha instalado en el imaginario colectivo que la gente se contiene para hacer las denuncias.

Precandidatos y representantes de los tres principales partidos políticos se reunieron con la presidenta del Cohep para definir debate presidencial.

 Los datos del Latinobarómetro

 Pero estos problemas no están en la agenda ni en los discursos de los aspirantes políticos, los cuales se centran en slogans como “se van”, “no volverán”, “no somos los mismos”, “son iguales o peor”, “nunca más”, sin entrar a fondo a ese dilema diario de los hondureños sobre empleo, estabilidad laboral, seguridad ciudadana, acceso a la salud, mejora en la educación, lucha contra el narcotráfico.

De ahí que el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), junto a un Grupo Consultivo de organizaciones de sociedad civil y la academia, apuesten por realizar en las elecciones primarias, un debate presidencial para que el electorado conozca el pensamiento y propuestas de los aspirantes políticos en torno a los temas de interés del país.

 El debate está previsto para la semana del 17 al 21 de febrero, serían tres debates, uno por partido político, siempre y cuando al menos dos aspirantes presidenciales firmen una carta de compromiso en el cual aceptan ir al debate para que el elector y la ciudadanía, en general, conozcan sus propuestas y la visión del país. Los lineamientos del debate fueron presentados a los precandidatos políticos de los 10 movimientos, unos hicieron acto de presencia, otros enviaron sus representantes, se espera que acepten el reto y permitan al país ver el otro rostro de la política más allá de las canciones pegajosas y los vacíos discursos de ataque y contraataque.

 Ese debate presidencial, el primero que se realizaría en Honduras previo a las elecciones primarias, busca elevar el nivel en la calidad de la política y sus representantes, pues según el Latinobarómetro los niveles de confianza de los hondureños en los partidos políticos son muy bajos, apenas de un 11%, en tanto el nivel de confianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE), es del 16%.

Confianza que sigue siendo deficitaria frente al resto de la institucionalidad. La confianza en el gobierno es de 15%, en las Fuerzas Armadas del 32%, en la Policía Nacional de 27%, en tanto la confianza en la figura del presidente de la República es de un 16%.  Si de la Corte Suprema de Justicia se trata, el nivel de confianza llega a un 19%; en el Congreso Nacional de 16%. Ninguna de las instituciones del Estado obtiene niveles de confianza que pasen la media del 50%.

Los hondureños entran al somnífero de las campañas políticas tratando de que la elite política vuelva su mirada hacia ellos y atienda su llamado de inconformidad con lo que le están ofreciendo en una democracia.

 Hondureños se ubican a la derecha

 En tanto, un 45% de los hondureños es del criterio que la democracia puede funcionar sin partidos políticos; pero un 48% considera que sin partidos políticos no puede haber democracia. Los porcentajes son estrechos y son, a su vez, una señal de alarma para el sistema político de partidos hondureños que ha entrado en un desgaste acelerado sin que afloren fuertes liderazgos políticos.

 Para el caso, el Congreso Nacional, que es el principal poder del Estado, un 41% de los hondureños auscultados estima que la democracia puede funcionar sin un congreso nacional, pero un 53% estima que sin un Congreso Nacional no puede haber democracia.

Con estos datos y niveles de insatisfacción de la democracia, los hondureños entran al somnífero de las campañas políticas tratando de que la elite política vuelva su mirada hacia ellos y atienda su llamado de inconformidad con lo que le están ofreciendo en una democracia, que según el Latinobarómetro, se vuelve cada vez más resiliente, con algunos picos esperanzadores en algunos países, pero con temores preocupantes en otros en donde las figuras autoritarias van cobrando fuerza disfrazados de demócratas.

Sobre Honduras, el Latinobarómetro destaca que dentro de las instituciones que no son parte de la institucionalidad del Estado, el mayor nivel de confianza entre los hondureños es la Iglesia (católica y evangélica) con un 73% de confianza, mientras los sectores que tienen más poder en el país existen un empate entre el Gobierno y las grandes empresas con un 57%.

Otro dato revelador del Latinobarómetro es que el nivel de aprobación del gobierno es de un 22%, con una caída de 10 puntos en comparación con el 2023 que el nivel de aprobación fue de 32%. Finalmente, el Latinobarómetro resalta que el país es muy conservador, pues un 43% de los hondureños se ubica en la derecha, y apenas un 14% en la izquierda. (PD)

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