París – El consorcio espacial europeo Arianespace anunció este miércoles el retraso del lanzamiento del cohete Vega-C para efectuar nuevas verificaciones de seguridad, en el que será su retorno al espacio dos años después de la misión que fracasó en 2022.
Previsto inicialmente el próximo 3 de diciembre, la misión, que servirá para poner en órbita el satélite Copernicus Sentinel-1C, será llevada a cabo en una fecha ulterior, que será determinada este viernes.
El director ejecutivo de Arianespace, Stéphane Israël, consideró en un encuentro con la prensa «limitado» el aplazamiento y lo cifró en un día, lo que fijaría el vuelo el próximo 4 de diciembre.
Este contratiempo supone un nuevo revés para el consorcio Arianespace, que hace unos días se veía obligado a reportar al año próximo el primer vuelo comercial de su nuevo cohete Ariane-6, inicialmente previsto en diciembre y que todavía no tiene fecha concreta.
El Vega-C no efectuaba ningún vuelo comercial desde que un error en el último piso del cohete fallara el 21 de diciembre de 2022, lo que se traduciría en la pérdida de los dos satélites que iba a poner en órbita.
Arianespace recuperó entonces la antigua versión de su pequeña lanzadera, con la que llevó a cabo dos misiones, la última de ellas en septiembre pasado.
Fue el último vuelo del antiguo cohete tras doce años de actividad y dejó paso a la versión Vega-C, que ahora ve cómo su retorno al servicio sufre un retraso.
«A causa de la necesidad de proceder a verificaciones de precaución suplementarias y a actividades de preparación y de finalización de la lanzadera, el lanzamiento de la misión, previsto el 3 de diciembre de 2024 desde el centro espacial de Europa en Kurú, en la Guayana francesa, ha sido retrasado», indicó Arianespace.
El grupo procederá a verificar «el impacto de esas verificaciones adicionales» en la misión, mientras Israël consideró probable que se fije para el 4 de diciembre.
No hay fecha para el primer vuelo comercial del Ariane-6, aunque el consorcio lo fijó en el primer trimestre de 2025.
Arianespace señaló que ese retraso no afectará al resto de las misiones de su nuevo cohete, que tiene programados una decena de vuelos el año próximo, la mitad para la constelación Galileo, la alternativa europea a la estadounidense GPS. EFE