Tegucigalpa– Dotar del material de bioseguridad y la aplicación de pruebas de COVID-19 en todas las cárceles del país, pidió este sábado la presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad,Delma Ordóñez, tras confirmarse el primer caso de coronavirus en un reo en la Penitenciaría Nacional, Marco Aurelio Soto, localizada en Támara Francisco Morazán.
-Este es el segundo caso de COVID-19 en las cárceles del país, ya que un recluso murió en la cárcel de El Pozo a causa de la enfermedad.
Ordóñez detalló que alrededor de 11 reclusos procedentes de San Pedro Sula ingresaron en la última semana a la Penitenciaría Nacional quienes fueron ubicados en la celda de mínima seguridad, dando positivo uno de ellos.
La representante de los familiares de los privados de libertad, dijo que ella se apersonó al centro penitenciario y le informaron que había un casos sospechoso, mismo que fue confirmado anoche por las autoridades del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
Agregó que las autoridades penitenciarias y de Salud aplicaron 24 pruebas de COVID-19 de las cuales 11 eran para los reclusos que están en esa celda y 13 a las personas que han tenido contacto con ellos al interior de la misma.
Sostuvo que según la información proporcionada los 11 privados de libertad que habían sido trasladados desde San Pedro Sula no han tenido contacto con los otros reclusos.
Aseguró que tiene conocimiento que la Cruz Roja Hondureña donó al centro penal mascarillas, pero que las mismas no han sido proporcionados en los privados de libertad.
Asimismo, indicó que el centro penal no cuenta con agua ya que adquieren los vehículos cisternas y el vital liquido es escaso y no tienen como lavarse las manos.
En ese sentido, la Asociación de Padres de Familia de Privados de Libertad solicitó a las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), dotar de mascarillas y gel antibacterial a todos los privados de libertad del país.
Igualmente, a las autoridades sanitarias que apliquen pruebas de COVID-19 entre la población penitenciaria para detectar más casos del virus ya que los mismos reclusos temen por un contagio masivo dentro de los centros penales.
En la Penitenciaría Nacional se encuentran reclusos siete mil 62 privados de libertad.
El 20 de abril, se reportó el primer deceso de un reo por COVID-19 dentro del sistema penitenciario se trató de un privado de libertad de 52 años en la cárcel de máxima seguridad de Ilama, Santa Bárbara, conocida como El Pozo.