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Apenas una masacre judicializada de 50 ocurridas este año, cuestiona Migdonia Ayestas

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Tegucigalpa – La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, lamentó este domingo que apenas una masacre de las 50 ocurridas este año, ha sido judicializada y las demás carecen de investigación.

A criterio de la experta, este tipo de eventos seguirán pasando, porque la criminalidad organizada tiene atemorizada a la población, además no existe una investigación fuerte que pueda acorralar a quienes cometen este tipo de crímenes.

En ese sentido, considera que las bandas criminales tienen suficiente logística y muy buena capacidad para planificar una masacre, y esa situación frente a la débil investigación, ha permitido que no haya cultura de denuncia.

Sin embargo, cree que “la población debe denunciar esos hechos ante las autoridades correspondientes, porque de todas formas, las represalias criminales continuarán, se denuncie o no se denuncie, ellos no se van a detener”.

Según el OV-UNAH, a la fecha se registran 50 masacres en las que 175 personas perdieron la vida; que en comparación a igual periodo de 2018 cuando se registraron 32 asesinatos múltiples que dejaron 106 víctimas, lo que indica un incremento 53 por ciento en el promedio de eventos y un 62 por ciento en el número de muertes.

Señaló que solo en San Pedro Sula se han suscitado 12 masacres, en las que 42 personas perdieron la vida; “esto la convierte en la ciudad más peligrosa”, sostuvo Ayestas quien también apuntó que en Tegucigalpa se registran cinco homicidios múltiples con un total de 19 víctimas.

“Es lamentable que de todo esto nunca se sabe quiénes son los hechores, a la fecha se desconoce los autores materiales como intelectuales, porque siempre se dice que están en proceso de investigación”, indicó Ayestas.

Asimismo, criticó que lo único que se sabe de las masacres es que son atribuidas a actividades por narcotráfico y la disputa de territorios entre maras y pandillas. Por lo que se sigue infundiendo el temor entre la población y con eso la criminalidad le manda un mensaje al Estado sobre sus acciones.

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